
Con Eurico (466-468), los visigodos conquistaron además la Aquitania Primera, apoderándose de la ciudad de Tours. Clermont-Ferrand, capital de la Auvernia, fue también sitiada; y a pesar de la heroica defensa organizada por su obispo, Sidonio Apolinar, cayó finalmente en sus manos, siendo éste hecho prisionero. Y en el 477, cuando hacía ya un año que el hérulo Odoacro había destronado al último emperador romano de Occidente, Rómulo Augústulo, Eurico se apoderaba de Arlés y Marsella, con lo que los visigodos se hacían dueños de toda la Provenza. Un vasto Imperio se extendía desde Burdeos a los Alpes y desde el Loira a los Pirineos, penetrando por la Península Ibérica hasta Pamplona y Zaragoza. De momento parecía como si un nuevo Imperio, la Gotia, fuera a sustituir en Occidente a la Romania. Favorecían esta posibilidad algunas circunstancias que reflejaban bien a las claras la desintegración política de este sector del Imperio. En el norte de las Galias un romano, Siagrio, hijo de Egidio, intentaba crear un estado galorromano independiente. La multiplicación de nuevos estados favorecía la aparición de una nueva potencia hegemónica, y ésta parecía que iban a ser los visigodos, quienes además contaban con el apoyo de un sector de la nobleza romana que alentaba a Eurico, como Orvando, prefecto del Pretorio, o Seronato, que le ayudaba económicamente interviniendo a su favor en la recaudación de impuestos. Pero sobre todo parecía favorecerlo la independencia política de Eurico frente al Imperio y la inmediata desaparición de éste.
2 comentarios:
¡Vaya historia la de España, amigo! hay para sacar unas cuantas novelas, y ahora es que falta!
Besos!
Blanca
Hola Blanca,
Esto no ha hecho más que empezar... je je je
Ya verás, ya...
Gracias por pasarte
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