23 jul 2013

LA CONQUISTA DEL PERÚ POR FRANCISCO PIZARRO

Algo después de la conquista de México, los españoles comenzaron la del Perú, llevada a cabo por el capitán Francisco Pizarro (1475-1541).  Pizarro era natural dee Trujillo, abandonado por sus padres en la niñez y recogido por la beneficencia municipal, tuvo que ganar su sustento guardando cerdos y, cuenta la tradición, habiéndose extraviado algunos de aquéllos, no quiso volver a su pueblo por temor al castigo que le aguardaba.
En compañía de unos arrieros se dirigió hasta Sevilla, en donde se embarcó para el Nuevo Mundo.  Allí militó a las órdenes de Ojeda y Balboa, a quien acompañó al descubrimiento del mar del sur.  En esta expedición adquirió de los guías las primeras noticias del Perú, que en verdad eran muy tentadoras, pues describían aquel país como "Eldorado" o "Tierra del Oro".
Cuando Francisco Pizarro, junto con dos compañeros, el capitán Diego de Almagro y el sacerdote Hernando Luque, organizó la expedición para la conquista del Perú, era ya un hombre de edad avanzada.
El Perú era en aquel tiempo un hermoso y rico país, cuyo fértil suelo, productor de la quina, la patata y otras muchas plantas medicinales y alimenticias, estaba convertido en un verdadero jardín, gracias al inteligente y esmerado cultivo que recibía constantemente de sus moradores.
Los soberanos de este país, cuya corte era la suntuosa Cuzco, llevaban el título de Incas. Su religión era monoteísta y ellos mismos se tenían por hijos del sol, denominandose por eso aquel estado el Imperio del Sol, a cuyo astro rendían culto. No podemos negar que era una civilización muy avanzada que gozaba de un cierto bienestar practicando una suerte de comunismo.  Y este bienestar produjo toda una literatura, una tecnología y una industria unidos por la lengua Quechua.
El comunismo al que aludíamos se practicaba labrando cada cual la parte de la tierra que le correspondía y además la correspondiente al Inca, al clero, a los viejos, a los enfermos y al cuerpo administrativo del Estado.  En esta misma forma se repartían los productos, y era su administración relativamente justa y previsora -si bien tan corrupta como lo era el propio comunismo al que nos referimos-. Con eso y todo podemos afirmar que el pueblo inca es quizá el único pueblo del mundo que no conoció el hambre.  ASimismo, los habitantes de un pueblo construían la vivienda del forastero, del enfermo y del soldado, y cuidaban de las de estos mismos.
La primera expedición de Pizarro al Perú no tuvo éxito, pero el capitán español, tenaz y esforzado, intentó de nuevo la empresa y esta vez, con más fortuna, consiguió su conquista en 1526.  Para dar comienzo a su campaña marchó de avanzada Pizarro, al que acompañaban sus cuatro hermanos, con tres naves y unos doscientos hombres.  Con ellos desembarcó en el puerto natural que llamó San Mateo, internándose luego en el país sin aguardar los refuerzos que estaba organizando y todavía había de traer de Panamá Diego de Almagro.
El Perú se hallaba entonces desgarrado por una guerra civil, encendida por los príncipes Huascar y Atahualpa y de la cual se aprovechó hábilmente el conquistador español para quebrantar las fuerzas indígenas y hacerse dueño del país.
También parece que les favoreció a los españoles la primera erupción ocurrida por esas fechas, del volcán Cotopaxi, situado en la cordillera oriental de los Andes. Todo fue porque los indígenas tomaron aquel imponente fenómeno como indicio de la cólera de sus dioses por resistir la dominación española.
Preso el inca Atahualpa, no tardó en ser condenado a morir bajo la excusa de haber él mismo ordenado la muerte de su propio hermano.  Como el Cuzco se hallaba muy alejado de la costa, el conquistador Pizarro fundó a orillas del río Rimac, cerca del poblado indígena de Lima (1535), una ciudad que llamó Los Reyes.  Además organizó con gran sentido práctico, el gobierno y administración de Nueva Castilla, que pronto llegó a ser el florón más preciado del Imperio español en América.
Pizarro ostentaba ya los títulos de virrey del Perú y marqués de la Conquista, teniendo por corte la ciudad de Lima, que él mismo fundó.
Mas pronto se rompería la paz en el Perú, pues el nuevo inca Manco, cansado de ser juguete de los invasores, se sublevó contra éstos, sitiando Cuzco, que defendió Hernando de Pizarro.  Todavía no habían levantado el sitio de Cuzco los indios cuando Diego de Almagro intentó ocupar la ciudad, pretendiendo, sin razón, que estaba dentro de su territorio, comenzando con este suceso las luchas entre almagristas y pizarristas, que duraron largo tiempo.  En 1538 fue derrotado y hecho prisionero Almagro, siendo ajusticiado en la plaza de Cuzco por Hernando Pizarro, que mandaba las fuerzas de su hermano Francisco.  Algunos años después, en 1541, moría Francisco Pizarro, asesinado por los almagristas, que tras vengar a su jefe pretendieron proclamar gobernador al hijo de aquél, llamado Almagro el Joven.  Pero no lo lograron porque los parciales y deudos de Pizarro, a su vez, les vencieron y exterminaron.
Poco después, enviado por el emperador Carlos V, llegaba a Perú el licenciado Vaca de Castro, que prendió a los culpables del asesinato de Pizarro, pero todavía continuaron las luchas entre ambos partidos hasta que el nuevo gobernador, don Pedro de la Gasca, con sus grandes dotes de valor y prudencia, logró someter a su autoridad a los contrapuestos bandos.

1 comentario:

Geppetto dijo...

otro magnifico que termino mal.
Los indios no entendian el comportamiento de los españoles y YO tampoco.
Ni antes ni ahora.
http://lapoliticadegeppetto.blogspot.com.es