La verdadera lucha por la emancipación cubana comenzó cuando en 1851 un grupo de patriotas, convocados por Carlos Manuel Céspedes, se alzó resueltamente contra España en el pueblo de Yara proclamando la independencia de Cuba.
En 1895 estalló un nuevo movimiento de emancipación del que fueron caudillos Máximo González y Antonio Maceo, sostenidos por la ayuda extranjera, principalmente de los Estados Unidos que, como ya se indicó anteriormente, anhelaban la desaparición del dominio español sobre la bella isla para dominarla ellos.
Los cubanos, fortalecidos por los auxilios recibidos y estimulados por su innegable patriotismo, lucharon valerosamente aunque con relativa fortuna contra las tropas españolas, hasta que asumió el mando de éstas el general Valeriano Weyler quien, procediendo con energía, logró pacificar buena parte del país.
Luchando en Punta Brava perdió la vida el caudillo Maceo, de gran prestigio entre los combatientes cubanos. La insurrección iba de vencida.
Entretanto, la isla de Puerto Rico se mantuvo relativamente tranquila y en paz durante esta época. De pronto, la voladura del crucero americano "Maine", fondeado en el puerto de La Habana, percance del que se acusó sin motivo a España, fue el pretexto para la declaración de guerra de los Estados Unidos a nuestro país, guerra que se extendió no sólo a Cuba y Puerto rico, sino también a las islas Filipinas, sucumbiendo la escuadra y el ejército españoles ante la enorme superioridad de los adversarios.
Luego, al ser extraído el "Maine" del fondo de la bahía por los propios norteamericanos, se comprobó que la explosión que lo había hundido tuvo su origen en el interior del mismo buque y no a causa de una mina submarina, como habían afirmado.
De los heroicos pero tristes episodios de esta guerra, el más relevante fue el combate naval de Santiago de Cuba, en el que la escuadra española del almirante Cervera sucumbió después de una enconada lucha, inmolando heroicamente sus vidas en el último momento.
Y en Filipinas ¿qué ocurrió?
Hacía tiempo que venían fraguándose en el archipiélago ideas de independencia alentadas por una sociedad secreta llamada "Katipunam" ("reunión de notables", en lenguaje tagalo), formada por los tagalos más influyentes.
Esto sucedía en 1888; pero la insurrección no estalló, salvo algunos chispazos anteriores, hasta 1896, inspirada por el culto patriota José Rizal, y dirigida por el caudillo militar Emilio Aguinaldo.
José Rizal, excelente escritor que había viajado por toda Europa, médico y licenciado en Letras, fue fusilado después de un proceso no muy claro, por su participación en la insurrección. Había sido nombrado médico provisional del ejército español en Cuba, pero reclamado por las autoridades filipinas, fue detenido en Barcelona y enviado allá para ser juzgado en 1896.
El general Polavieja llegó al archipiélago filipino y en una rápida y afortunada campaña dominó el movimiento apoderándose de Cavite en 1897. Poco después, en el mismo año, su sucesor Primo de Rivera ajustó con los insurrectos la paz de Biacnabató y el rebelde Aguinaldo embarcó para Hong Kong. Unos meses más tarde, el 2 de mayo de 1898, la escuadra del almirante Montojo, compuesta por viejos buques de madera, era destrozada en Cavite por los navíos blindados del comodoro orteamericano Dewey.
En las Filipinas, el último pelotón de soldados españoles que allí se sostuvo fue el destacamento de Baler, mandado por el glorioso capitán Las morenas, que sucumbió en la demanda, juntamente con otros dos oficiales y doce soldados.
Más de un año estuvieron resistiendo, sin recibir auxilio alguno, los héroes de este glorioso epílogo de la dominación española del archipiélago filipino.
La Paz de París puso fin a esta guerra entregando España a los Estados Unidos la isla de Puerto Rico, todas las Filipinas y la de Guam, una de las Marianas, y reconociendo asimismo la independencia de Cuba, que cayó bajo la órbita de la poderosa república norteamericana hasta que Fidel Castro y el resto de los barbudos la liberase muchas décadas después para sumirla en una terrible dictadura.
Tales fueron los principales hechos ocurridos durante la regencia de doña María Cristina de Habsburgo. La pérdida de los últimos restos del imperio colonial español produjo en España un hondo pesimismo que los pensadores y políticos de la llamada "Generación del 98" hicieron patente en sus creaciones llegando a la conclusión de que "España había terminado su misión en el mundo".
Lo cierto es que nuestro anecdotario histórico de España hemos de detenerlo aquí porque todos los hechos posteriores al 98 están sujetos a revisionismo histórico, control político y a la mal llamada Ley de la Memoria Histórica, hechos que impiden profundizar o siquiera mencionar objetivamente sucesos sin caer en el riesgo de ofender, ser malinterpretado o tentar la suerte en la España actual.
1 comentario:
En 1851 un grupo de patriotas...
No sigo
Patriotas porque con la ayuda de USA vencieron?
Terroristas, separatistas y criminales amigo
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