5 mar 2017

LA REVOLUCIÓN LIBERAL BURGUESA

El paso de la Edad Moderna a la Edad Contemporánea se produce a causa de unos movimientos revolucionarios que van a derrocar el viejo orden.  La palabra "revolución" conforma la Edad Contemporánea, y acabará con unos presupuestos que durante siglos se habían considerado como sagrados.  Derribar un régimen dejó de ser un sacrilegio, y la fuerza moral de la autoridad quedó rota.
Los acontecimientos americanos y franceses de finales del siglo XVIII, revistiendo la forma de revolución liberal burguesa, repercutirían hondamente en la historia de las Españas del siglo XIX.
Aclaramos las palabras que estamos usando: el término "revolución" es equívoco, pues ha englobado siempre cosas tan dispares que obtener una unidad que las abarque y reúna a todas es algo difícil, por no decir imposible.
Atendiendo a las polémicas habidas por la diferente matización del término, distinguimos con fines aclaratorios dos acepciones del mismo: revolución como movimiento revolucionario y como transformación revolucionaria.
Entendemos por movimiento revolucionario aquel tipo de revolución visible y de corta duración, en el cual se produce la toma del poder por un grupo -clase social- que, sin solución de continuidad a tal accesión al poder, llega a una transformación de las instituciones económicas, sociales y políticas.
La transformación revolucionaria sería, entonces, aquella serie de procesos más amplios, en los que se produce un salto cualitativo, un cambio radical de la estructura social, que no incluye necesariamente la toma del poder.
Un movimiento revolucionario exige una transformación, en primer término, del sistema político, fruto de la referida conquista del poder llevada a cabo por un grupo o una clase social determinada.  En segundo término, el movimiento requiere la transformación de todas las estructuras de la sociedad.
Todo ellos nos replantea la cuestión de cuándo se produce y cuáles son las circunstancias exigidas que provocan un movimiento revolucionario.
¿Cuáles son los signos distintivos de una situación revolucionaria?  Podríamos definir tres:

- Imposibilidad para las clases dominantes de mantener su dominación inmutable.  Por una crisis de las alturas, de la política de la clase dominante, se produce la grieta a través de la cual irrumpen el descontento y la indignación de las clases oprimidas.  No obstante se precisan dos negaciones: que los de abajo no quieran y que no puedan los de arriba seguir viviendo como hasta ahora.
-Agravación superior a la habitual de la miseria y sufrimientos de las clases oprimidas.
-Intensificación considerable, por dichas causas, de la actividad de las masas, que si bien en tiempos de paz se dejan expoliar, en épocas turbulentas, a diferencia de las pacíficas, son empujadas tanto por la situación de la crisis como por los mismos opresores a una acción histórica independiente.
Se precisa por tanto la aparición de una crisis económica, social y política, acompañada de levantamientos populares y la existencia, por otra parte, de un grupo, una clase social o un partido, capaz de canalizar la fuerza de los sectores dominados hacia la toma del poder.

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