
En los Países Bajos, después de algunos reveses sufridos por las tropas españolas frente a los ejércitos franceses, fue nombrado gobernador y generalísimo don Juan José de Austria, que obtuvo un apreciable triunfo en Valenciennes (1656). Pero la entrada de Inglaterra en la guerra cambió de signo aquel esperanzador triunfo. La campaña de 1657 supuso para España la pérdida de importantes plazas, como Bourbourg, Saint-Venant y Mardyck. En la del año siguiente, capitularon ante los aliados anglo-franceses Dunkerque, Lick, Bergues, Dixmunde, Furnes, Oudernarde y Gravelinas. Don Juan José de Austria regresó a España para ponerse al frente de las operaciones contra Portugal. Cuando se preparaba la campaña de 1659, se firmó la paz.
Las negociaciones las levaron a cabo, de parte española, don Luis de Haro, que ya ostentaba los títulos de marqués de Carpio y conde-duque de Olivares, heredado de su difunto tío, el ex valido. Del lado francés las dirigió Mazarino. Se celebraron en la llamada isla de los Faisanes, situada en medio de la corriente del Bidasoa, fronterizo entre Francia y España. En el tratado que de allí salió, el conocido como Paz de los Pirineos, se acordó el matrimonio de Luis XIV con la princesa María Teresa, hija de Felipe IV, con la condición de que la infanta renunciase a sus derechos sobre la Corona de España, a cambio de una dote de 500.000 escudos, dote que, a fin de cuentas, no pagó España. En esta circunstancia se apoyarían los franceses, andando el tiempo, para reivindicar sus derechos al trono de España, una vez que murió sin sucesión el último rey de la dinastía, Carlos II. España entregó a Francia el Rosellón y el Conflent, además de otros valiosos territorios, como el Artois, y una larga lista de plazas estratégicas en Flandes, Luxemburgo y Henaut. Francia prometió (y no lo cumplió) dejar de ayudar a los rebeldes portugueses. Inglaterra, si bien no se sentó a la mesa de negociaciones, también sacó ventaja de la guerra que había mantenido contra España. Jamaica, de la que se habían apoderado los ingleses, quedó en su poder y sirvió, en adelante, de base al contrabando británico en América, principalmente en México y Perú.
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