22 ago 2014

ASTURIAS: CONTINUADORA DE LA ESPAÑA VISIGODA (III)

Después de Alfonso II, que desaparece en el 842, podemos afirmar que el reino asturiano trazó ya los cauces por los que caminaría durante el resto de la Alta Edad Media: su legitimidad neogótica en la doble vertiente política y eclesiástica, que ctuara como telos, como motor ideológico de su gran empresa: la reconquista del suelo peninsular. Los sucesores de Alfonso II se cuidaron de seguir afirmando estas pretensiones y de justificarlas fomentando la vida cultural del reino y extendiéndolo con nuevas conquistas.
En el primer aspecto descuellan Ramiro I y Alfonso III. Al primero se deben una serie de construcciones religiosas de carácter singular, que reciben el nombre de "estilo ramiriense". La más esbelta de todas es Santa María del Naranco, una a modo de basílica pretoriana en la que el rey tomaba la cruz antes de partir para la guerra con los musulmanes. La construcción de estos edificios emplea piedras de sillería; utiliza la bóveda mucho antes de que los arquitectos prerrománicos la redescubrieran; combina la arquitectura y la escultura dentro de una unidad de estilo sorprendente, que hace pensar en la voluntad creadora e innovadora de quienes las impulsaron. No obstante, parece que los autores materiales se inspiraron en dibujos insertos en telas y marfiles procedentes, tal vez, de la lejana Siria. Esto no merma su fuerza creadora, como al Renacimiento su imitación de los modelos clásicos. El arte ramiriense pudo haber originado ya el románico. pero, sorprendentemente, su fuerza progresiva se contrajo y hub que esperar a que el nuevo arte viniera de fuera mucho tiempo después. Con Alfonso III, que reina en Asturias del 866 al 909, uno de los reinados más largos de la historia de España, hay un claro intento de revitalizar la vida cultural del reino en su aspecto eclesiástico principalmente, al mismo tiempo que se ve reflejar a su arte ciertas tendencias y preocupaciones del momento. La corte de Alfonso III es un emporio de actividad cultural. Sus empresas políticas, delas que luego hablaremos, le permiten incorporar a su reino gran número de mozárabes que lo enriquecen culturalmente. el rey se preocuap de que haya bibliotecas dotadas con los mejores libros, que van llegando desde Toledo, Córdoba, Sevilla... Así entra en el reino asturiano la ciencia isidoriana y las obras históricas de otro sautores hispanos de la época visigoda, que los cronistas asturianos continúan en su doble vertiente nacional y universal. El arte conjuga en las influencias andaluzas con las de los orfebres francos, autores de la famosa cruz de la victoria. La catedral de Oviedo se construye sobre planta de forma "pretorial", en la que el rey recibe la unción al entrar a reinar. Las crónicas hablan de palacios reales, baños, triclinios, empleando una clara terminología y ciertas formas imperiales. ¿Apuntaba esto únicamente al afán de suplantar a Toledo o existía ya, además, paralelamente a la restauración imperial carolingia sobre gran parte de Occidente, un afán similar sobre la Península?

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