18 dic 2013

UN LARGO Y CÁLIDO PERIODO

Hace unos 12.000 años la temperatura de la Tierra comenzó a elevarse. Cada invierno fue menos crudo que el anterior, comenzaron los deshielos y el clima se volvió benigno. En algunas zonas, los pastos, antes abundantes y frescos, se fueron agotando. El bosque degeneró hasta convertirse en campos desiertos y muchos hervíboros tuvieron que emigrar al norte. La última gran glaciación estaba regresando al polo de donde nunca debió salir. Fueron las últimas páginas del más oscuro, trágico y duro capítulo de la vida del hombre sobre la Tierra (si exceptuamos la historia moderna). El teatro de la existencia iba a ser diferente a partir de entonces. Amanecía un nuevo clima y, con él, una nueva flora, una nueva fauna y un paisaje diverso. Todavía quedaba un largo tránsito hasta que el ser humano conociese el neolítico, pero la antigua cultura que había guiado a la humanidad se fue adaptando y preparando para su definitivo triunfo sobre el medio natural.
Muchos son los nombres que adjetivan este período. A mí me gusta "epipaleolítico". Los cazadores habían resistido porque fueron capaces de reinventarse a sí mismos y mejorar sus técnicas de caza, todas ellas impuestas por el clima glacial. La fauna, que en el pasado había proporcionado el alimento y las materias primas fundamentales, migró a otras regiones. De la elección del ser humano (migrar o cambiar de hábitos) dependió el futuro de toda la humanidad. La historia de esta edad es la de los que se mantuvieron firmes en sus costumbres y fracasaron y la de los que aceptaron los hechos, se adaptaron... y triunfaron. Es la etapa de desaparición del Neanderthal y del triunfo definitivo del Cromañón. La búsqueda de nuevas formas de supervivencia y el encuentro de nuevos caminos para afrontar el futuro les sirvieron para demostrarse a sí mismos que toda crisis es una oportunidad para mejorar.
La estampida migratoria debió afectar a casi todas las especies: ciervos, rebecos, cabras monteses, jabalíes y osos se fueron desplazando hacia hábitats más acordes con su naturaleza y necesidades. Su área de localización se fue reduciendo a algunos sistemas montañosos. Y allá fueron tras ellos los últimos señores de la caza, en pos de menguados rebaños que les permitiesen mantener vivos los hábitos de sus antepasados.
Visita mi web en el siguiente ENLACE.

No hay comentarios: