El nombre de Portugal, sustituido, según parece por Fernando I por el de Lusitania, se deriva de un antiguo pueblo llamado Cale, hoy Caya, frente al cual se fundó luego un puerto que tomó el nombre de Portu Cale, extendido luego a toda la Lusitania.
Portugal comenzó a ser conquistado por los reyes de Asturias, constituyendo en tiempos de Fernando I una gran provincia, que dicho príncipe legó, juntamente con Galicia -el Portugal del Norte-, a su hijo García.
Sin embargo, siguió formando parte integrante de la monarquía castellana hasta que Alfonso VI convirtió dicho territorio en condado feudatario de Castilla, para entregárselo en dote a su hija doña Teresa, cuando casó ésta con Enrique de Borgoña.
Alfonso I Enríque (1128-1185), hijo de este matrimonio, extendió considerablemente la reconquista lusitana con el triunfo alcanzado sobre los moros en la batalla de Ourique del Alentejo (en Campo de Ourique, cerca de Lisboa). Entonces se proclamó ya rey de Portugal, a pesar de la guerra que le hizo Castilla, y puso al nuevo Estado bajo la protección de la Santa Sede.
Transmitió la corona a su hijo Sancho I (1185-1211), que se granjeó el dictado de "Padre de la Patria". Lo malo fue que al morir cometió el error de dividir el reino entre su hijo y dos hijas que tenía. Pero Alfonso II (1211-1223), que era el hijo varón, desposeyó a sus hermanas de lo que habían heredado restableciendo así la unidad del reino.
Este Alfonso II de Portugal envió algunas fuerzas a la batalla de las Navas de Tolosa para ayudar al rey castellano.
Le sucedió su hijo Sancho II (1223-1248), que fue destronado y sustituido por su hermano Alfonso III (1248-1279), monarca muy popular que se apoyó en los municipios contra la nobleza y dio entrada en las Cortes al estado llano.
Después de este monarca, que reconquistó los Algarves, último refugio de los árabes en Portuga, reinó Dionisio I el Liberal o don Dionís (1279-1325). Durante su largo reinado fundó la Universidad de Lisboa, trasladada luego a Coimbra, y se esforzó en promover la cultura nacional, siendo también él un gran cultivador de las letras.
Pero tuvo la desgracia de ver a su primogénito sublevarse y encender una guerra civil de funestas consecuencias. Don Dionís ha sido llamado "el Rey Labrador" y "el Rey Trovador". Estuvo casado con Isabel de Aragón, venerada como santa. En su tiempo se decretó que los documentos se escribieran ya en lengua portuguesa.
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