El condado de Cataluña se rigió desde la segunda mitad del siglo XI por el llamado "Código de los Usatges" dado por el conde Ramón Berenguer I (año 1066).
Y cuando un siglo después se unieron Aragón y Cataluña, ésta conservó su legislación y gobierno propios, tomando el rey de Aragón el título de conde o príncipe de Barcelona.
altos cargos característicos de la administración del Estado aragonés fueron el "Lugarteniente General del Reino", desempeñado comúnmente por una persona de la familia real, que ayudaba al monarca en la gobernación y le sustituía en caso de ausencia o enfermedad.
Otro alto cargo era el "Justicia Mayor", o juez nombrado por el rey, encargado de velar porque no se violasen las leyes y privilegios, y de atender y juzgarlas quejas contra las demás autoridades y funcionarios reales. Desde finales del siglo XI se reunieron en Aragón asambleas o juntas de la nobleza y el clero, pero hasta mediados del siglo siguiente no hubo verdaderas Cortes, en las que tomaron parte los representantes de las ciudades, llamadas en Aragón "universidades".
Las primeras Cortes de las que se tiene prueba documental de que asistieron lo procuradores de las ciudades fueron las celebradas en Zaragoza en 1163, al año siguiente de comenzar a reinar Alfonso II, primer rey de Aragón y Cataluña unidos.
Aunque Cataluña y Aragón estuviesen unidos y a ellos se incorporase después Valencia al ser conquistada, las Cortes de los tres reinos se reunían por separado, si bien en ocasiones relevantes hacían asambleas comunes con el título de "Cortes Generales de los Reinos", y solían reunirse en Monzón (Huesca).
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