23 oct 2012

ARTE RUPESTRE EN EL PAÍS VASCO

En la provincia de Guipúzcoa se hallan las cuevas de Altxerri (Aya, cerca de Orio) y Ekaín (Deva). La primera fue descubierta en 1962.  La zona decorada está situada a un centenar de metros de la entrada y tiene unos cincuenta metros de longitud.  El conjunto de sus representaciones se dividió por los investigadores en siete sectores topográficos, correspondiendo el primero a un conjunto de cincuenta grabados entre los que encontramos dos renos, tres carniceros (posiblemente zorros), cuatro peces (platijas), un antropomorfo y un signo formado por doce pequeños círculos, además de varios bisontes y cápridos.  En el segundo sector hay dieciséis animales: seis bisontes pintados o grabados, tres cabras y un uro, así como algunos indeterminados.  En el tercero sólo tenemos un bisonte y un signo.  El grupo cuarto comprende siete bisontes, un caballo, un indeterminado y varias manchas negras alineadas.  En el quinto sector hay seis bisontes, dos caballos y tres cabras (la conocida fórmula bisonte+caballo+cabra).  Los dos últimos sectores repiten el esquema caballo+bisonte, y a ellos se suman cuatro renos en el nivel sexto y uno en el séptimo.  Es notable, como en otras cuevas del cantábrico, la presencia de renos.  Algunas figuras están en posición vertical y todo el conjunto pertenece al Magdaleniense avanzado de Leroi-Gourhan.
La cueva de Ekaín fue encontrada en 1969 y estudiada de inmediato.  Sus pinturas en rojo y negro, algunas bicromas, combinadas con grabados, captaron de inmediato el interés de los investigadores.  No en balde es considerada una de las más importantes cavidades con arte rupestre peninsular.  Los tres paneles principales contienen -en palabras de Leroi-Gourhan, el conjunto de caballos más perfecto de todo el arte cuaternario.  El santuario empieza a unos cuarenta metros de la entrada.  El inventario mínimo de las figuras sería: veintiocho caballos, nueve bisontes, dos ciervos, tres peces, tres cabras, dos osos (uno de ellos acéfalo), dos indeterminados y diversos signos.  Hay que destacar que mientras que en otras cuevas el bisonte ocupa los lugares importantes y el caballo los marginales, en Ekaín ocurre justo lo contrario.  Además, algunos animales están en posición vertical.  Se correspondería con el estilo IV, incluido el doble trazo de las grupas, los modelados del interior del cuerpo -destacando la "M" ventral, etc.  Se ha llegado a la conclusión de que serían más o menos contemporáneas de Altamira y Niaux y podríamos englobar estas pinturas en una de las cimas del período clásico del arte franco-cantábrico.
En la misma zona de Deva están las cuevas de Urtiaga y Ermitia, con algunos hallazgos de arte mueble. La más oriental de las cuevas, ya en la proximidad de los Pirineos occidentales, es la de Alquerdi o Berroberría (Urdax), que contiene seis grabados incompletos, restos de un santuario externo que no debió ser mucho más amplio.
En la provincia de Vizcaya es notable la cueva de Santimamiñe (Cortézubi), descubierta en 1916, la cual contiene unas cuarenta figuras, todas, menos tres, en una pequeña galería a la que antiguamente debía accederse con dificultad.  Aquel número incluye representaciones de bisontes, caballos, un oso y un ciervo, en color negro o grabadas.  Algunas de estas figuras fueron representadas en posición vertical o rampante.  El conjunto también puede ser atribuido al Estilo IV y guarda un cierto parecido con las pinturas del Salón Noir de la pirenaica cueva de Niauz (Ariège).
En la provincia de Vizcaya también, en los alrededores del desfiladero de Translaviña, se abre la cueva de La Venta de la Perra (Molinar de Carranza) que contiene cinco representaciones (caballos y osos) profundamente grabadas y a las que alcanza la luz del día.  Más al este se halla la cueva de La Arenaza (San Pedro de Galdames), que contiene algunas pinturas puntilladas que recuerdan las de Covalanas.  Entre ellas destaca un toro y una cierva de color rojo.

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