Los éxitos conseguidos sobre todo en los primeros meses del plan de estabilización, al conseguir entre otros logros la eliminación de los "stocks", permitieron al gobierno en el plazo de sólo dos años preparar un plan de desarrollo con miras a la entrada del país en la Comunidad Económica Europea, con la que se entablaron conversaciones en 1962.
Las medidas tomadas posteriormente para reactivar la economía volvieron a poner de manifiesto, desde comienzos de los años sesenta, la existencia de una tendencia creciente al aumento de bienes de consumo por encima de los niveles de aumento de producción, que se cubrió unas veces con alzas de precios, medida tendente a frenar la demanda, y otras con un aumento de las importaciones de bienes y servicios. La estructura de los sectores agrícola e industrial, así como una desafortunada orientación del gasto público, impidieron ajustar la oferta y la demanda.
Estancada la producción del sector agrícola en 1963, se apeló a importaciones masivas de productos alimenticios, lo cual originó un saldo negativo en la balanza de pagos de este sector de 6.135 millones de pesetas (1963). La deficiente estructuración del sector motivó que, en lugar de beneficiarse del éxodo campesino, lo cual hubiera hecho posible una nueva ordenación, éste, al aumentar la demanda, pusiera de manifiesto la incapacidad de garantizar los suministros.
Nuevamente cobro importancia en este período (atraída también por los altos salarios) la emigración, dirigida sobre todo a los países del incipiente Mercado Común. Se eliminó así la alta tasa de desempleo que se hubiera producido, constituyendo sus remesas de divisas uno de los factores que contribuyeron a neutralizar el crónico saldo desfavorable en la balanza de pagos, junto con el turismo, cuyo "boom" se inicó en este momento. Las causas de esta entrada masiva de visitantes extranjeros se debieron al gran desarrollo de sus países de origen, a la más que favorable situación geográfica y económica de España y a las medidas del propio gobierno (nueva paridad de la peseta), así como al éxito de la propiedad privada para brindar al turista lo que buscaba. En definitiva, el turismo vino a ser una exportación "in situ". Puede señalarse como inconveniente una mayor tensión en los precios, consecuencia de la demanda que el turismo provocó.
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