6 sept 2012

LA POLÍTICA DE AUTARQUÍA (III)

Una excepción dentro del sector agrario lo constituyen los agrios, producción dirigida en este período casi totalmente a la exportación y que en esta década superó la producción anterior a la guerra representando el 17,87% del valor total de las exportaciones españolas.  
El proceso de industrialización soportado en una parte considerable por los sectores más débiles económicamente del país, con una industria limitada en sus mercados, con una producción cuya venta estaba asegurada, por disposiciones legales, en el mercado nacional, con un financiamiento de capital extranjero (americano fundamentalmente), se basó en una inflación de precios que elevó el índice de alza de éstos de 3,9 en 1955 a 9,1 en 1956 y a 16,7 en 1957.
Esta situación tuvo su reflejo en el mercado de capitales.  La bolsa modificó su casi constante tendencia alcista, bajando en 1957 un 23% el índice de cotización de acciones y continuando a la baja en los dos años siguientes.  Por otra parte, la situación monetaria exterior evolucionaba desfavorablemente.  No sólo no existían reservas internacionales, sino que la posición negativa a corto plazo del Instituto Español de Moneda Extranjera era grave.  En el mes de julio de 1959 se llegó  un saldo negativo de 76,3 millones de dólares.  Prácticamente se había llegado a una suspensión de pagos exteriores.
Ante la gravedad de la situación se consultaron una serie de instituciones, como el Banco de España, Consejo Superior Bancario, Organización Sindical, para que opinaran sobre las medidas a tomar, habiendo casi unanimidad en las respuestas: mayor estabilidad monetaria, nivelación de la balanza de pagos exteriores y mayor liberalización en el comercio exterior, con el fin de cortar el aislamiento económico del país.  En definitiva, se vio la necesidad de un cambio general en la política económica.
Conseguido el acuerdo en el interior, tras la visita del jefe de Misión del Fondo Monetario Internacional, quien indicó la necesidad de reformas sustanciales en la ordenación económica, se nombró una comisión que se puso en contacto con los organismos internacionales para el estudio del plan elaborado.  Éste se denominó "Plan de Estabilización".  Las conversaciones terminaron con la ayuda internacional de 544 millones de dólares.  Nuevamente se puso de manifiesto, como anteriormente en 1953 con la ayuda americana, que el capital internacional había aceptado el nuevo estado de cosas y estaba dispuesto a acudir en su apoyo cuando las circunstancias lo requiriesen.
El plan de estabilización, cuya medida más conocida fue la devaluación de la moneda, colocando su paridad con respecto al dólar en 60 pesetas, limitó en el campo fiscal el gasto total del sector público; como consecuencia, las tarifas de algunos servicios públicos se elevaron hasta un 50%, igual que algunos impuestos, y se limitó la aportación al gasto total en el sector bancario  En el terreno comercial, en cumplimiento de lo acordado con el FMI y la OECE, se tomaron diversas medidas tendentes ala recuperación de divisas evadidas al exterior (decretándose una amnistía para este tipo de delitos) y hacia una mayor liberlización de las importaciones (la reforma afectó al 54,4% del comercio).
La política de estabilización, hábilmente dirigida por el ministro Ullastres y su equipo,consiguió con rapidez los objetivos propuestos,situando las bases económicas del país en las condiciones necesarias para la etapa de desarrollo.  El éxito fue reconocido por la OECE al estudiar la situación económica en enero de 1960.
Como toda operación, el plan de estabilización tuvo también sus costos. El mundo laboral debió absorber una parte de los mismos, debido sobretodo a la disminución de remuneraciones complementarias del salario base (horas extraordinarias y pluses), que desaparecieron enteramente para sectores muy extensos de la población obrera.  Otra parte de los costos cayó igualmente sobre la pequeña burguesía, que, al haber desarrollado su esfuerzo dentro de la política de autarquía, fue incapaz de adaptar sus empresas a las nuevas directrices.

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