5 sept 2012

LA POLÍTICA DE AUTARQUÍA (II)

La etapa que se cerró en 1950 fue de un crecimiento lento, en el que se apreciaron fuertes estrangulamientos de la economía por la escasez de energía y de materias primas básicas (cemento, acero y metales no férreos). El cambio de coyuntura fue debido, en gran parte, a la ayuda de Estados Unidos y a la concesión de créditos en algunos países europeos para la compra de bienes de equipo (Gran Bretaña, Francia y Bélgica fundamentalmente).  Incidió favorablemente el incipiente turismo, posible gracias a la mejora de nuestras relaciones exteriores, iniciándose un ritmo de crecimiento mucho más acelerado, aunque sin una planificación adecuada, que relegó sectores, como el agropecuario, a límites poco aconsejables.  Las industrias de base, que crecieron mucho más que en el período anterior, al no seguir una planificación armónica, dieron lugar a tensiones de precios y a escasez de materias primas (cementos, industrias siderúrgicas, químicas...).  Las persistente -aunque en menor grado cada vez- intervención estatal acentuó dos fenómenos típicos de nuestra vieja estructura industrial: por un lado, la excesiva fragmentación de la industria y, por el otro, la concentración excesiva y los abusos de poder económico en los grupos monopolísticos.
Este período expansionista, en el que poco a poco se fueron relegando los postulados económicos corporativistas y en el que la intervención estatal pasó a consistir en una mayor planificación indicativa (proceso que culminará con los planes de desarrollo), relegando su intervención directa a la absorción de núcleos empresariales deficitarios, generalmente por haber sufrido una capitalización a base casi exclusivamente de capital variable, con abandono de las inversiones en capital fijo, que ante la má mínima competencia se mostraron no rentables, gravitó sobre el sector agropecuario de una forma desfavorable, haciéndolo entrar en un período de crisis.  Un aspecto favorable sobrevino tras la estabilización, con un éxodo rural que proporcionó a las zonas industrializadas del país (Barcelona, Bilbao, Madrid...) una mano de obra abundante.

No hay comentarios: