14 ago 2012

LIBERACIÓN DE MALLORCA Y MÁLAGA (ITALIANOS) (I)

Mallorca había quedado sumada al Alzamiento desde los primeros días, y la Generalitar determinó la reconquista de la isla mediante un desembarco.  El plan táctico se basaba en el factor sorpresa.  La invasión se llevaría a cabo en un punto secundario que no levantase sospechas, alejado de la capital, para después iniciar el camino hacia Palma y los puntos neurálgicos de la isla; pero el plan, mal organizado, falló, y Mallorca siguió incorporada a la zona nacional, sirviendo de base a las fuerzas expedicionarias mandadas por el gobierno de Mussolini.
El desembarco se había llevado a cabo el 16 de agosto del año anterior en la zona oriental de la isla, cerca de Manacor y Porto Cristo, en Cala Madrona, mandando las fuerzas expedicionarias el capitán Vayo con un grupo de 2.500 hombres, aunque el grueso de la expedición había desembarcado un poco más al norte, en Cala Morlanda, en número de 10.000.
La maniobra, aunque al principio fue un éxito, debido quizá al considerable despliegue de medios utilizados, no tuvo los resultados apetecidos, ya que la estrategia que se siguió después (envolver a Manacor por el norte) desgastó a las tropas en la obtención de unos objetivos secundarios.
Al fracaso contribuyó no sólo la rapidez de la reacción del contrario, sino también la ayuda que estos recibieron de un grupo de voluntarios italianos y de aviadores legionarios.
La reacción nacionalista se produjo mediante un ataque a tres puntos, con un movimiento convergente hacia el interior del núcleo situado en Punta Amer y el macizo de Son Corp.  La persecución por parte delas tropas nacionales hizo verdaderamente desastrosa la retirada del ejército republicano. El día 4 embarcaban ya en desorden los soldados que podían.  Sobre las playas y los campos quedaban centenares decadáveres.  En cuanto a material, abandonaban doce cañones de distintos calibres, 2.500 fusiles, veintiuna ametralladoras, siete morteros, dos blindados, un equipo quirúrgico, cinco hidros, 550.000 cartuchos, 1.255 granadas de mano, 1.300 artilleras, camiones, coches ligeros, dos barcazas...
A partir de entonces Mallorca se convirtió en la base marítima que aprovisionaba a los barcos que actuaban en el Mediterráneo, bloqueando la zona roja, y en base aérea de los aviones que bombardeaban las posiciones enemigas.
Málaga, encerrada como una bolsa en territorio nacional, era un foco de agitación marxista.  El enfrentamiento de los partidos por rivalidades había sumido a la ciudad en el caos.  Desórdenes, saqueos y asesinatos se sucedieron sin interrupción.  La desorganización era tal, que cuando empezó el asedio por la parte nacional, la ciudad se encontraba desprovista de defensas para resistir y sin milicias preparadas.

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