1 ago 2012

LA GENERACIÓN DEL 98 (I)

Mientras aletea la imagen costina de una España vagabunda, un grupo de escritores, nacidos en los años 70 del siglo XIX, pone en tela de juicio los  tópicos y dogmas hasta entonces establecidos.
Refiriéndose Pío Baroja a la "corrupción organizada" de los hombres de la Restauración, dirá que España se entregó a ellos no como una mujer a su amante, sino "como una golfilla a su chulo". Unamuno tampoco tenía reparo en calificar de "asnos" a sus antiguos profesores.  Para los intelectuales y artistas conocidos con el nombre de "generación del 98", la sociedad y la cultura oficiales eran vacías, degradantes, retóricas.  Está claro que el grupo noventaiochista parte en su labor cultural de los postulados regeneracionistas.
La fecha de 1898 es todo un símbolo de la historia y de la coyuntura histórica es grave; el sistema de partidos políticos turnantes hace aguas; la oligarquía y el caciquismo, asentados en la viejas estructuras agrarias,son algo contradictorio con el crecimiento de la industrialización y el aumento de la masa asalariada.  Además se han perdido las últimas colonias, así como la guerra con los Estados Unidos, ye l espíritu nacional está desalentado.  Parodiando, sin duda, aquella frase de la época de Felipe II, se referirá Tuñón de Lara al "golpetazo sentimental que supone que, tras el Tratado de París, el sol de España sale cada mañana por las costas levantinas y se pone cada tarde por los encinares medio ralos de Extremadura y las rías gallegas; ni más ni menos".
En esta auténtica situación de crisis "no vale lo que antes ha valido", y, por tanto, se impone su sustitución. La fecha de1898 es apropiada para estimular el pensamiento nacional, pero también lo es para criticar los valores raciales de una forma negativa y doliente.
Examinando el mito y la realidad del grupo del 98, dirá Tuñón que no se puede identificar a estos hombres con el institucionismo, con el laicismo, ni con el demoliberalismo, como han hecho muchos liberales en su intento antihistórico de proponer como modelo contemporáneo lo que fue una apertura intelectual hace casi 110 años.
Otros, los ultraconservadores o nacional-católicos, intentan marginar a los hombres del 98 de la tradición cultural española bajo la acusación de heterodoxia.
La "generación del 98" no es puramente la expresión de una concepción del mundo, ni tiene un cuerpo cerrado de doctrina, ni forma un movimiento dotado de un programa, ni tiene una influencia política directa.  Son, eso sí, un grupo de jóvenes que se hacen cuestión de su país y de su tiempo en su totalidad, que les duele España, que critican lo negativo.  El propio año 1898 aglutina las rebeldes individualidades de esas altas figuras culturales que se preguntan por la razón histórica de España y por su destino, planteando una crítica que, dentro de sus aspectos más negativos, encerraba una poderosa afirmación...  Son algo más que lo que diría el propio Pío Baroja: un grupo de bohemios cerriles, holgazanes, rebeldes y malhumorados, resentidos contra el sistema que les excluía.

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