10 ago 2012

LA FORMACIÓN DEL FRENTE POPULAR (II)

En el seno del PSOE existían desde hacía tiempo profundas diferencias que se pueden concretar en dos personalidades de gran prestigio en su sector: Prieto y Largo Caballero.
Prieto, dotado de brillantes cualidades, mantenía su postura de alianza con el republicanismo de izquierdas.  En su reciente permanencia en Francia, había captado el panorama europeo.  Para él, ahora como en 1933, la única solución era colaborar con Azaña.  Veamos un texto en el que no cabe mayor identidad entre el parecer de Azaña y el de Prieto: colaboración, fusión, frente unido para las elecciones y un "programa claro, completo y muy sencillo de posiciones":

"Hace algún tiempo que se preconiza la conveniencia del bloque obrero, señalándose como uno de sus objetivos el de concurrir unidos los elementos que lo forman (socialistas, comunistas e incluso sindicalistas) a una contienda electoral que se considera próxima.  A mi juicio, si nos equivocamos  lamentablemente en 1933, cuando el partido socialista se aisló en la mayor parte de las circunscripciones, nos equivocaríamos también ahora al dejar limitada la alianza en su aspecto electoral a los componentes de un bloque obrero.  Considero indispensable la inclusión en tal alianza de elementos republicanos.  Nadie puede hacerse la ilusión de que el bloque obrero, que tan ahincadamente (SIC) propugnan algunos, representa la unanimidad de los diversos sectores del obrerismo organizado, pues ya se apunta (y es cosa segura que luego se manifestarán en forma más aguda) varias discrepancias entre nuestros presuntos y futuros aliados; pero aun partiendo del supuesto de la unanimidad, el bloque no podría esperar.... que sus candidatos triunfantes constituyesen la mayoría del futuro Parlamento...  Conviene, de consiguiente, que la alianza electoral se pacte en forma que de ella misma -y si los resultados son favorables- salga el instrumento de gobierno; es decir, que la formación del nuevo Parlamento sea tal que consienta el desenvolvimiento de un gobierno izquierdista, que habría de estar sustentado por los propios republicanos de izquierda para lo que necesitan un grupo bastante considerable de diputados propios e igualmente apoyados en las minorías parlamentarias obreras."

Largo Caballero, por el contrario, no quería admitir la reconstrucción de la alianza de 1931.  DEsde 1933 se inclinaba cada vez más hacia la izquierda.  En 1935, sus jóvenes seguidores se rebelaron contra el reformismo del órgano del partido: "El Socialista", y fundaron un periódico llamado "Claridad" para decirle a las masas que Prieto y Besteiro estaban deformando la tradición revolucionaria del Partido Socialista español.
Largo era un hombre de procedencia proletaria. Había sido obrero de la construcción desde la infancia.  Impresionaba a los obreros por su integridad de vida, por su energía y dedicación a la redención de su clase.  Era notoria la estima que le había tenido "el abuelo" Pablo Iglesias, igualmente proletario y austero.
Los jóvenes intelectuales socialistas le admiraban, y puede afirmarse sin miedo a error que un considerable sector de la masas obrera le atribuía valores sobrehumanos.
Había sido encarcelado por su participación -nada brillante- en los sucesos de octubre.  Leyó a fondo a Marx, por primera vez, en compañía de ardientes jóvenes socialistas y comunistas.  Por entonces proliferaban en España ediciones populares de Kropotkin, Bakunin, Tólstoi, Marx, Engels, Lenin...
Largo Caballero se afirmó más en su postura, negándose a participar en un gobierno burgués:

"Si entrásemos en tratos con los republicanos nosotros los socialistas, quedaríamos disminuidos moral y materialmente ante nuestras masas."

Así se manifestaba el "Lenin español", mientras los comunistas exaltaban su figura de líder encarcelado.  Muestra de su prestigio fue que una efigie suya era colocada en Moscú, entre las de Lenin y Stalin.  Cabe preguntarse: ¿Se beneficiarían los comunistas de la postura de Largo Caballero?

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