5 ago 2012

LA AGITACIÓN EN ANDALUCÍA

Algunos historiadores, entre ellos Díaz del Moral, han calificado parte de este período, concretamente de 1918 a 1920, como el "trienio bolchevique".  El éxito de la revolución bolchevique sólo fue apreciado por las masas campesinas, que tenían un fuerte sustrato anarquista, a raíz de la paz conseguida por Lenin frente a las potencias centrales.  Hasta este momento habían recelado de un gobierno proletario, que continuaba una lucha estimada como confrontación entre diversos sectores capitalistas.  La apatía mostrada por las masas campesinas, que las llevaría a estar ausentes en las elecciones de 1917, desapareció.  Destacó la labor llevada a cabo por los miembros de la Federación Comarcal, con Castro del Río a la cabeza, primer núcleo agrario que ganó una huelga general.  Fruto de esta labor fue que en la primavera de 1918 varias organizaciones estuvieran planteando reivindicaciones y que en el otoño la provincia entera se encontrase en pie.  Si la labor inicial había correspondido únicamente a los medios anarco-sindicalistas, pronto entrarían en liza los socialistas, colaborando en las huelgas planteadas en todos aquellos lugares en que eran mayoría.
El clima ascendente de la primavera y el verano bajó en los meses de julio y agosto, por causa de la recolección de cereales, que absorbían el interés y las energías de todo el mundo.  Tras este paréntesis, el mes de septiembre constituirá en el epílogo de este período una nueva frustración.  Las peticiones hechas tanto por el Congreso de la Federación Andaluza de la CNT (enero de 1919) como por los núcleos ugetistas reunidos en Córdoba (abril 1919) no fueron alcanzadas.  Consistían éstas principalmente en la entrega en usufructo de las tierras de propiedad estatal o municipal a los sindicatos y en la expropiación de los grandes latifundios mal cultivados.

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