27 ago 2012

HACIA LA ESTABILIZACIÓN DEL RÉGIMEN (I)

La ruptura -lógica por otra parte- entre los aliados de la Segunda Guerra Mundial con la división en dos grandes bloques ideológicos, políticos y económicos y la aparición de la denominada "guerra fría" favorecieron la posición española, ya que al situarse España claramente en frente de uno de ellos, las Democracias Populares, se colocó en posición óptima para ser apoyada por el otro, los Estados Unidos y el capitalismo internacional.  La anulación de sanciones por la O.N.U. en 1950 y la legalización, a escala internacional, del retorno de embajadores que se había producido a espaldas de dicho organismo, a la vez que facilitaron la firma de los primeros acuerdos importantes con el exterior, como el Concordato con la Santa Sede el 27 de agosto de 1953 y con los Estados Unidos en el mismo año, aceleraron la llegada de capital extranjero, que convenientemente apoyado en la acumulación de los años cuarenta, tenía asegurada la rentabilidad y seguridad de su inversión, merced al orden existente en el interior del país.  En definitiva, fue el fin de la política de autarquía, el desplazamiento del peso principal de la economía española de la agricultura a la industria y el inicio de la estabilización definitiva del régimen de Franco.
Coincidiendo, como no era raro en esos momentos, con el aniversario del Alzamiento, el 18 de julio de 1951 Franco procedió a una renovación casi total de su gabinete. Las novedades "técnicas" consistieron en la reaparición del secretario general del Movimiento y en la creación de dos nuevos Ministerios: Subsecretaría de Presidencia e Información y Turismo, al frente de los cuales se pusieron a Carrero Blanco (función que ya venía representando desde mucho antes, aunque sin rango de ministro), quien planificó el ascenso del príncipe Juan Carlos (futuro rey Juan Carlos I), y Arias Salgado.
La coalición entre los grandes grupos predominantes se mantuvo, aunque marcándose más la contraposición de tendencias.  Los monárquicos estaban representados por el conde Vallellano, partidario de don Juan, por un lado y Carrero Blanco e Iturmendi, partidario de don Juan Carlos, hijo y heredero del anterior.  Los propagandistas de la A.C.N.P. contaban con Joaquín Ruíz Jiménez y Martín Artajo, y por último la Falange contó con Girón -uno de los ministros más populares del régimen, creador del sistema sanitario que todavía hoy existe en España-, Fernández Cuesta y Muñoz Grandes.

Para saber más puedes leer LA SEGUNDA REPÚBLICA Y LA GUERRA CIVIL ESPAÑOLA siguiendo este ENLACE

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