6 ago 2012

EL MOVIMIENTO OBRERO EN LA SEGUNDA REPÚBLICA (III)

Los años treinta van a representar la corriente posibilista, reformadora, revisionista o reaccionaria del anarco-sindicalismo (todos los adjetivos les han sido aplicados), que al no poder controlar los mandos cenetistas, se escinden y crean su propio grupo.  Ése será el Partido Sindicalista.  Así nos lo cuenta Solá Cañizares, testigo presidencial del mismo:

"En realidad la CNT atraviesa hoy, en 1933, una crisis interior representada por la lucha entre dos concepciones y dos tácticas, el grupo de los treinta y la FAI (Federación Anarquista Ibérica). Lo mismo les da un bando que otro.  Aceptan doctrinalmente el comunismo libertario, pero el grupo de los treinta acusa a la FAI de mantener un concepto puramente demagógico de la revolución, de querer pescar en río revuelto y de retrasar la auténtica revolución.  No admite como táctica la lucha, ni el terrorismo, ni la acción de grupo y condena los atracos.  Por su papel, los elementos de la FAI acusan a los disidentes del grupo de los treinta con las más graves inculpaciones posibles, lo cual ha inducido a creer que existen lazos secretos entre el grupo de los treinta y el actual gobierno de la Generalidad de Cataluña".

El grupo de los treinta, dejando a un lado las divergencias sobre la conveniencia o no de utilizar determinados métodos de lucha en un momento y ante situaciones determinadas, había incurrido en algo que iba contra la propia creencia cenetista: el apoliticismo.  Los trinta creyeron encontrar la vía de solución con la política, y para ello crearon el Partido Sindicalista un año después (1933) de haber sido expulsados de la CNT.
Si la actuación sindical de este grupo fue escasa y efímera (sólo tuvo algo de repercusión en determinadas zonas levantinas), en el plano político no tuvo significación alguna.
El control, tras la expulsión de los sindicalistas, cayó totalmente en manos de la FAI.  Sus mejores hombres, los Durruti, Ascaso, García Oliver... pertenecen a la generación que se había formado en la clandestinidad, sin más experiencia sindical que la que habían conseguido en sus luchas por la supervivencia.  Eran, pues, grupos de choque, entre los que se había desarrollado mucho más el primer término del binomio anarco-sindicalista.  Sin olvidarnos de sus errores -que los tuvieron en abundancia-, hemos de recordar su innegable entrega a una praxis considerada como la única viable.
Si el año 1931 había sido pródigo en conflictos, el siguiente marcaría aún más esa tendencia conflictiva, ya que la República luchaba contra la creciente presión de los elementos feudales y contra la exasperación que el paro, la miseria y el sabotaje económico producían entre los trabajadores.
Las divergencias con los socialistas se agravarán con la Ley de Asociaciones Profesionales de patronos y obreros, que suponían un nuevo paso en la dirección que había marcado la creación de los Jurados Mixtos.  Las disposiciones dejaban fuera, de una manera automática, a la CNT (con 1,200.000 afiliados), ya que aceptarla hubiera supuesto renunciar a su propia naturaleza.  No obstante, Largo Caballero diría después en sus memorias que sus intenciones no habían sido éstas, sino poner fuera del alcance de la política y de los gobiernos provinciales a las organizaciones obreras, haciéndolas depender única y exclusivamente de funcionarios del Ministerio de Trabajo.
Independientemente de las numerosas huelgas planteadas -ganadas unas, perdidas otras- por la CNT, sobre todo en la zona catalana, que era donde mantenía cierta preponderancia, puesto que en Andalucía se había iniciado ya el ocaso temporal de la CNT, los elementos más radicales del Comité Nacional, exasperados por la represión que desde todos los frentes se llevaba a cabo contra ellos, provocaron en el mes de enero de 1933 un descabellado intento revolucionario, reprimido duramente por el gobierno.
Sin embargo, la experiencia habrá de ser repetida en el mes de diciembre del mismo año, como respuesta a las elecciones a Cortes.  No es necesario señalar que los resultados fueron similares a los del mes de enero.

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