24 ago 2012

EL FUERO DEL TRABAJO

La preocupación social como hemos señalado anteriormente, apareció pronto reflejada en la legislación.  En plena guerra civil (marzo de 1938) fue promulgado el Fuero del Trabajo, por el que se regulaban las relaciones laborales.  En su preámbulo se hacía una exposición de motivos que, por su claridad, transcribimos:

"Renovando la tradición católica de Justicia Social y alto sentido humano que informó nuestra legislación del Imperio de Estado Nacional, en cuanto es instrumento totalitario al servicio de la integridad patria y sindicalista, en cuanto representa una reacción contra el capitalismo liberal y el materialismo marxista emprende la tarea de realizar -con aire militar constructivo y gravemente religioso- la Revolución que España tenía pendiente."

En definitiva, la lucha de clases fue descartada en España.  Las líneas maestras del Fuero serían el mantenimiento de la propiedad privada, la intervención del Estado en la fijación de normas de trabajo y remuneración, prohibición de huelgas obreras, etc...  
La legislación laboral fue completada por los Decretos de Unidad Sindical (1940) y por la Ley de Bases de la Organización Sindical (1940), por las que se ponían bajo el control de la Falange las relaciones económico-laborales.  Encomendándose a ésta la creación de un organismo (Sindicato Vertical) en el cual las relaciones laborales se desarrollasen dentro de una colaboración armónica entre los diversos sectores de producción.
En la exposición de motivos de la Ley de Bases se afirma que "la ley asegura la subordinación de la Organización Sindical  al partido, ya que sólo éste puede comunicarle la disciplina, la unidad y el espíritu necesarios".  Asimismo se disponía que "todos los mandos de los Sindicatos recaerán necesariamente en militantes de Falange Española Tradicionalista y de las J.O.N.S.".  "La acción de los Sindicatos... se desarrollará en la disciplina del Movimiento y bajo las jerarquías de los mandos sindicales correspondientes de F.E.T. y de las J.O.N.S., que funcionarán respecto de los mandos del partido, con la subordinación que establecen los estatutos del mismo".  La doctrina sindical puede resumirse bajo las coordenadas de personalidad, jerarquía, autoridad, unidad, totalidad y verticalidad.
Las medidas liquidadoras del pasado se completaron con la Ley de Responsabilidades Políticas (1939), aplicable a todos los que "por sus actos o sus misiones graves" hubiesen contribuido a la denominada "subversión roja" desde 1934 y a todos aquellos que se hubiesen "opuesto de manera activa al Movimiento Nacional".
Uno de los procesos más significativos , por la personalidad del inculpado, entre los muchos que se instruyeron en base a esta ley, fue el del líder del Partido Socialista Obrero Español, Julián Besteiro, detenido el 30 de maro de 1940 en el Madrid que se había negado a abandonar, juzgado y condenado a cadena perpetua. Quebrantada su salud, murió en la cárcel de Carmona el 27 de septiembre del mismo año.
El predominio de la religión católica fue restaurado a todos los niveles.  En el terreno de la enseñanza estas medidas cobraron mayor importancia, al hacerse obligatoria, a todos los niveles educativos, la adecuación de las enseñanzas al dogma, la moral y el derecho canónico.

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