13 jul 2012

EL ANARQUISMO EN ESPAÑA (III): DE 1888 A 1899

La previsión de los núcleos catalanes había llvado a la creación de otra organización, que tomó el nombre de "Pacto de Unión y Solidaridad".  Ésta se consideraba "despojada de todo principio económico y sin otra bandera que las de las ocho horas y la emancipación de la clase explotada".  Las contradicciones internas, sin embargo, hicieron que el anarco-comunismo andaluz estuviera ausente del pacto.  El avance de las formulaciones anarquistas quedó reflejado en el sentimiento de la necesidad de aunar todas las fuerzas en un núcleo común.  Para ello, a la vez que se aprobaba la autonomía de todos los integrantes del mismo, se reseñaba como uno de sus objetivos que la Federación reuniera en una acción común toda la fuerza del proletariado.
Al lado de esta corriente societaria, la propaganda por el hecho comenzaba a entrar en acción de una forma sistemática, y los atentados se sucedían: contra Martínez Campos en 1893; a los pocos meses, otra bomba explotaba en la sesión inaugural del Liceo de Barcelona, que costó la vida a seis anarquistas, ejecutados por su participación en el atentado.  A partir de este momento se produce una espiral dialéctica de la violencia.  El gobierno perfecciona sus mecanismos creando la Brigada Política Social, que, sin embargo, no detiene la onda expansiva, cuyo cenit parece hallarse en 1896, año en que tendrá el célebre proceso de Montjuic.
El día del Corpus, en junio de 1896, se arroja una bomba al paso de una procesión en circunstancias un tanto extrañas, puesto que no fue arrojada sobre el grupo de notables que la encabezaban, sino a la retaguardia de la misma, donde mató a siete obreros y un soldado.  La reacción gubernamental consistió en una feroz represión de los anarquistas y en el famoso "Proceso de Montjuic".  400 hombres fueron detenidos.  Se utilizó la tortura a gran escala.  De este modo se arrancaron confesiones de cuyo valor dudaron no sólo los medios extremistas, sino también algunos sectores conservadores.  Le siguieron las ejecuciones sumarias decretadas, aunque solamente uno de los condenados, Ascheri, perteneciera a grupos terroristas.  Más d medio centenar de detenidos fueron deportados a Río de Oro, suerte que por aquel entonces era reputada peor que a propia muerte.
Para atajar este estado de cosas, las Cortes aprobaron una dura legislación represiva del anarquismo, que convulsionó a todo el Movimiento Obrero, consciente de que las nuevas medidas se dirigían, de una manera global, contra él.  El PSOE organizó en Madrid un mitin de protesta.
Para completar este breve panorama del anarquismo español en las últimas décadas del siglo, hay que tener en cuenta el influjo anarquista en los medios intelectuales, el cual se plasmaría en diversas publicaciones que, de una manera pacífica, intentaron la expansión de "la idea".  Destaca por méritos propios la figura de Federico Urales (cuyo verdadero nombre era Juan Monseny Carret). Urales, que perteneció por breve tiempo a las ideas marxistas, pasó pronto al anarquismo, donde ocupó diversos puestos de responsabilidad. Su obra cumbre sería "La Revista Blanca", aglutinación de un anarquismo con base intelectual, en la que colaboraron figuras de la talla de Unamuno, Anselmo Loana, Clarín, Giner...  A su vez, el anarquismo español fue influido por Nietszche, Ussen y Tolstoi.

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