Mientras los republicanos gastaban sus fuerzas en escisiones, sobrevino la crisis de Hidalgo, el conflicto de los artilleros y la abdicación de Amadeo. Serrano intentaba atraerse al rey para, de lo contrario, dar un golpe de Estado y establecer una república unitaria. Zorrilla había perdido la jefatura de los radicales, disputada ahora por Rivero y Martos, quienes al contar con el apoyo de los federales y de la mayoría de las Cortes estaban en situación de aprovecharse del asunto de artillería y obligar a una escisión entre Zorrilla y Amadeo para proclamar la República como forma de gobierno, en una sucesión conjunta del Senado y el Congreso.
El periodismo científico e intelectual, que había cobrado un gran auge a raíz de la "Gloriosa" también se ve inundado de versos satíricos como consecuencia de la libertad de prensa. Los versos siguientes son una clara prueba del liberalismo radical y de la quiebra total de la institución monárquica:
¡No más reyes! El rey es un tirano
conculcador eterno de las leyes;
si pretendes ser libre y soberano,
óyelo, pueblo mío, ¡no más reyes!
Pasaron ya las bárbaras edades
en que el rey era un Dios y el pueblo plebe;
¡abajo las excelsas majestades,
antítesis del siglo diez y nueve!
...
De un rey no esperes en los hechos
más que orgullo, avaricia y ambiciones,
que arranque uno por uno tus derechos
del solio donde cuelgan sus blasones.
...
Que tu bien postergado al egoísmo,
del poder soberano te despoje,
y que el yugo feroz del despotismo
sobre tu mente atormentada arroje.
El templo santo del sufragio invade
y de él mañana brotarán tus leyes;
si quieres rey no pidas libertades;
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