25 jun 2012

LA SIDERURGIA DE FINES DEL XIX (I)

A partir de la segunda mitad del XIX, el convertidor Bessemer señala el desbordamiento del maleable hierro dulce y del rígido lingote por el acero.  Esta innovación llega con retraso a España.  De 1861 a 1880 la producción media anual de acero fue de 270 toneladas, cantidad, a todas luces, de muy escasa importancia.
A partir de 1885 se puso en marcha el primer convertidor instalado en la Península por la empresa bilbaína Altos Hornos, y hacia 1888-89 la empresa bilbaína La Vizcaya montaba el primer horno Siemens-Martín.  Las cifras demuestran que la industria siderúrgica española tomaba al fin nuevos rumbos.
El año 1892 señala el triunfo indiscutible del acero sobre el hierro dulce.  A partir de esta fecha, el acero  dejará muy atrás al hierro, llegando a excederle en una cantidad de producción muchas veces superior.  el sector siderúrgico tendrá su primacía ininterrumpida en Vizcaya, seguida a larga distancia por Oviedo.  Las nuevas tentativas de reactivar la antigua ferrería malagueña de los Heredia fracasaron, lo mismo que los hornos de carbón vegetal de "El Pedroso", en Sevilla.  Es de señalar el impuso de la siderurgia santanderina por la sociedad Nueva Montaña, desde 1902. Los altos hornos de Sagunto son posteriores (1923).  Cataluña hizo también desesperados esfuerzos por no verse privada de una industria metalúrgica; los resultados que consiguió fueron limitados, debido  la carencia de carbones y hierros de la zona.
Desde sus orígenes, la siderurgia española presentó un desfase técnico con respecto al resto de países de Europa occidental.  En 1890, de los trece altos hornos existentes, sólo cinco empleaban carbón de coque y había un solo convertidor Bessemer en la industria.  De esta forma era muy difícil absorber la producción minera.  El retraso en el establecimiento de los hornos Siemens-Martín comprometió aún más disponibilidades de aceros baratos  Todavía e 1899, de los 21 altos hornos que había en España, ocho funcionaban con calor vegetal y quedaban en pie 48 hornos de pudelaje, sistemas hacía tiempo superados en el extranjero.
Hacia 1900, la siderurgia española aprovechaba el 10% del mineral extraído de su suelo.  El escaso consumo de la industria interior queda de manifiesto si lo comparamos con Estados Unidos, que consumía 250 kilogramos por cabeza;Inglaterra 207; Bélgica 168; Alemania 146; Francia 62. En España, el consumo por cabeza de la producción siderometalúrgica era sólo de 20 kg.
La industria española tenía necesidad de sacrificios y de la ayuda del Estado para ponerse en marcha y mantenerse.  Comoel sector agrario, se impuso el arancel proteccionista el 31 de diciembre de 1891, al que siguieron otros, por los que se liquidaban los obstáculos de la competencia extranjera y se reiteraban las desgravaciones, los pedidos y las promesas a las firmas industriales españolas.  La "Liga Vizcaína de Productores" dio la gran batalla en favor del proteccionismo.
En 1896 se elevaban fuertemente los derechos de importación de material ferroviario, gravando a los carriles, coches, vagones, locomotoras, muelles, amarras, topes, bastidores, etc..., con tipos de dos a cuatro veces superiores a los de antes.

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