16 jun 2012

EL CAMPESINADO EN EL SIGLO XIX (II)

¿Cómo reacciona ante esta situación la burguesía?  Los burgueses moderados defienden sus intereses: "Libertad bien entendida, propiedad bien definida y defendida"; por ello, la única gran medida que toman es fundar la Guardia Civil en 1844 para imponer el orden de la propiedad absoluta en el campo.
Mientras, el proletariado agrícola lleva una vida terrible, experimentando la carencia de reglamentación en los contratos detrabajo y un pero estacional, a veces superior a los 200 días anuales si a esto le sumamos los salarios de hambre, las agitaciones y la crisis social española del XIX, quedarán aclarada.  Veamos el salario campesino en torno a 1850 por regiones (en reales diarios):

-Cataluña: 12 
-Murcia: 5
-Andalucía: 2
-Extremadura: 4
-Castilla la Mancha: de 4 a 7
-Castilla León: de 3 a 5
-Galicia: de 4 a 5

A partir de1855, y coincidiendo con el cambio de coyuntura y la venta de bienes propios y comunes hecha por Pascual Madoz, el sesteo campesino ya no pudo aguantar más.  Ante la carencia de un estado de cosas más humano en el campo, sólo cabía esperar la agitación campesina, que brota espontáneamente, sin mezclas políticas y sólo como resultado del agobio de la masa.  Así han de comprenderse, entre otros, los alzamientos de Manuel Caro en Sevilla, Utrera y El Arahal, o de Rafael Pérez del Álamo, quien llegó a adueñarse de Loja y de varias aldeas de la campiña del Genil.  Hubo momentos en que los sublevados ascendían a 10.000 hombres armados y otros tantos sin armas.
Empezaba por entonces a circular por Andalucía la palabra "socialismo", sin sentido preciso, sin contenido determinado, como una vaga tendencia de pobres contra ricos; y al nuevo vocablo, inconcreto, vacío de significación, vertieron los ricos sus temores y los pobres sus anhelos, y desde entonces el socialismo vino a expresar, para unos y para otros, el reparto de la propiedad de los primeros entre los segundos, es decir, una nueva desamortización en que muchos propietarios individuales de la tierra sustituyesen a los pocos que a la sazón la poseían.  Durante los primeros tiempos del movimiento republicano esta palabra era sinónimo de socialista para el común de las gentes, y ser socialista valía tanto como aspirar al reparto.  Es claro que los directores regionales del republicanismo atribuían conceptos más exactos a aquellos términos; pero las incultas masas obrera y burguesas siguieron confundiéndolos durante muchos años.  Y, disfrazado o no con sus falsos motes, el reparto ha seguido siendo en todas las exaltaciones campesinas la mágica palabra que ha electrizado a las multitudes.  No ya sólo en las revueltas de la Internacional y en las de 1882 y 1892, sino en las agitaciones anarquistas de principios del siglo XX y en las sindicalistas de los últimos años, el estado llano de las sociedades obreras, a despecho de los elementos directores y, a veces, con el asentimiento de éstos, ha aspirado siempre a distribuirse la tierra en lotes individuales, es decir, a ingresar en las filas de la burguesía agrícola.
Ideas, frases y retazos sueltos de Fourier, Cabet, Blanc, Proudhon y Lasalle circulaban por Andalucía, pero serán las doctrinas internacionalistas bakunianas las que alcancen un rápido desarrollo en Andalucía a partir de 1869.  El impacto sobre los braceros fue enorme y se tradujo en un cambio profundo de mentalidad y en la adopción de la lucha violenta contra las instituciones sociales. En 1872 se celebraría en Córdoba lo que había de convertirse en el primer congreso anarquista del mundo.  En "No más derechos sin deberes, no más deberes sin derechos" se convertía en una realidad ampliamente sentida.  Pero de todo esto ya hablaremos más adelante.

Para saber más puedes leer HISTORIA CONTEMPORÁNEA DE LAS ESPAÑAS II siguiendo este ENLACE

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