Aprovechándose Alfonso VII de estas luchas que desgarraban la España árabe, hizo en ella una última incursión, que dio por resultado la toma de Almería, plaza que pronto reconquistaron los almohades.
Fue la fuerza naval la que desempeñó ya el papel más importante en la conquista de Almería por el rey castellano. Pero no fue representada por bastimentos españoles, sino genoveses, pues aun no existía la marina de guerra de Castilla.
Se dice que en recompensa de tal servicio, el rey Alfonso VII regaló a los genveses el "Santo Grial" o "Sacro Catino", que, según piadosa tradición fue ofrecido por Jesucristo, depsués de su resurrección a José de Arimatea, cuando éste se hallaba preso bajo acusación de haber ocultado el cuerpo del Redentor.
Dicha reliquia era una escudilla fabricada de una sola esmeralda, y procedía dela reina de Saba, que se la había regalado al rey Salomón, habiendo servido para la institución de la Eucaristía en la última cena de Jesús con sus discípulos .
Al parecer, el Santo Grial fue levado a Inglaterra y de allí a España, donde, para su custodia, se fundó el monasterio de Montsalvat, que se supone ser de Juan de la Peña; y desde allí trajo el rey don Jaime a Valencia la preciosa reliquia.
Otro suponen, sin embargo, que ésta cayó no se sabe cómo, en poder de los moros de Almería, y es la uqe hoy se halla en Génova, por habérsela regalado Alfonso VII a sus aliados genoveses.
Esta leyenda inspiró a Wagner su célebre obra "Parsifal".
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