30 dic 2013

HACIA LA CULTURA DEL ARGAR

La prosperidad que había caracterizado el final del calcolítico durante la época de los Millares declina hasta el punto de que, entre los años 2000 y 1700 a. de C. no se encuentra otra manifestación cultural que la ofrecida por algunos puntos de la costa levantina, en los que las industrias del hueso y la piedra logran levantar cabeza a causa de la decadencia general de la industria del metal. En la region almeriense todavía se seguían erigiendo sencillos megalitos, pero a partir del 1700 sólo se encuentran cistas de piedra, sombra y recuerdo de los colosales monumentos funerarios de tiempos pasados.
En estas circunstancias comienzan a aparecer, hacia el 1800 los primeros objetos de bronce, escasísimos aún en comparación con los de cobre que aún se fabricaban. Los primeros utensilios de "bronce" eran aleaciones de cobre y antimonio y a veces, incluso, de cobre y plomo, sin más. Aquello bien poco se parecía al bronce verdadero. Pero poco a poco, el bronce de estaño comienza a hacerse presente. Y no se trataba de piezas elaboradas en lugares remotos e "importadas por comerciantes", sino que la presencia de moldes y crisoles para su fundición demuestran que se fabricaron "in situ". Ahora bien, sobre el origen del primer estaño utilizado en Almedía no queda más remedi que pensar en una de estas dos soluciones: o procedía del comercio o provenía del robo pirático. En el primero de los casos habría que tener en cuenta con qué materia podrían pagar los almerienses por él: plata, esclavos... no se sabe.
Lo que sí llama poderosamente nuestra atención es que durante este periodo se observa una significativa tendencia a situar los poblados en lugares cada vez más inexpugnables, lo cual ya es significativo y sugiere un cierto belicismo. Por otra parte se onserva una expansión de estas gentes por las rutas que conducen al interior de la Península, indicio tal vez de sus desesperados intentos por encontrar estaño en el propio suelo.
Los yacimientos de estaño más conocidos están situados en el norte y noroeste. En la región cantábrica se han localizado los de Salabe (Ribadeo) y Ablaneda (Salas), con vestigios de antiguas labores. En Galicia tenemos Noya (A Coruña), Lalín, Carballino y Ribadavia (cerca de Santiago de Compostela), y los de Viana del Bollo, La Gudiña y Verín en Orense.
Así pues, las estaciones más características de esta etapa cultural de la Edad del Bronce española, conocida como Cultura del Argar, se han encontrado en el sudeste de España y, secundariamente, en las estaciones estamníferas y en las atravesadas por los caminos que, desde Almería, conducían hacia ellas. No obstante, en esta época el estaño sigue siendo tan escaso que los objetos de bronce encontrados no llegan ni a la mitad de los fabricados en cobre contemporáneamente.

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