22 ene 2013

EL ARTE DE LOS VISIGODOS

Puede decirse que el florecimiento agrícola que tuvo España bajo la dominación romana despareció con la venida de los godos, que se apoderaron de las dos terceras partes del suelo.  Y otro tanto sucedió con el comercio y la industria.  Por las "Etimologías" de San Isidoro se sabe, sin embargo, que había en el país manufacturas de seda, hilo y lana, orfebrerías, cristalerías, fundiciones de hierro y fábricas de armas y de moneda, molinos de todas las clases, minas en explotación y astilleros de alguna importancia.
Desde Sisebuto no dejaron de tener los reyes godos marina de guerra, con que hicieron, como se recordará, expediciones al África y rechazaron a los piratas sarracenos.
Finalmente, las coronas votivas, encontradas en Guarrazar (Toledo) en el año 1859 y que hoy se encuentran en el Museo de Cluny de París, revelan gran adelanto en las artes ornamentales.
De los pesos y medidas que en esta época se usaban pasaron a las siguientes: la libra, la milla, el paso y el pie.  En cuanto a las monedas, parece que sólo las acuñaron de tercio de sueldo; y las que se conservan, acusan gran retroceso artístico respecto de las romanas.  Las principales cecas estaban radicadas en Barcelona, Zaragoza, Tarragona, Toledo, Sevilla, Córdoba y Mérida.
Los restos del arte visigodo en realidad son muy escasos.  Entre las bellas artes, la única que se cultivó en esta época fue la arquitectura.  Pero los monumentos del estilo visigótico que existen en España son a medias románico y mezcla con el bizantino, que trajeron los griegos imperiales, quienes ejercieron gran influjo también en la indumentaria gótica.
Tenemos noticias literarias de que durante la dominación goda se construyeron en España grandes templos, pero éstos desaparecieron seguramente mientras duró la conquista musulmana.  Hoy sólo quedan algunos restos parciales de escasa importancia, como San Juan de Baños, junto a Palencia; San Pedro de la Nave, en Zamora, y Santa Comba de Bande, en Orense.
La más completa de estas construcciones es la iglesia de San Juan de Baños, erigida por Recesvinto en el año 661.  Es de traza muy sencilla, pero ofrece en su portada la singularidad de tener por hueco un arco árabe o de herradura.  De suerte que este elemento arquitectónico, el más característico del estilo árabe, existía ya en España antes de la invasión musulmana, tal vez por influjo indirecto.
En escultura se han encontrado algunos sarcófagos, alcanzando gran importancia la orfebrería como lo prueban las joyas y coronas votivas halladas en el llamado tesoro de Guarrazar, antes citado.  Las coronas y las monedas, imperfectamente grabadas, y copiando los tipos bizantinos, constituyen  los únicos restos del arte gótico de la época.  El ejemplar único de su escultura es la estatua de San Juan hallada en la iglesia palentina de Baños.
En cuanto a la música, fue muy cultivada por el clero como importante factor de liturgia.  Todos los conventos y muchas iglesias poseían copiosas bibliotecas, formadas pacientemente por los amanuenses, que copiaban libros de la antigüedad, pues fuera del clero eran contadas las personas que sabían leer y escribir.  Así el cargo de profesor era anejo al de clérigo, no habiendo más clase laica profesional que la de los médicos, a quienes la ley exigía responsabilidad en el tratamiento de los enfermos, y preceptuaba que no se les pagase sino después de la cura.
Por lo que se refiere a la indumentaria, aunque los godos conservaron los gustos por el traje corto, poco a poco fueron acomodándose a las costumbres romanas usando ropa talar con el cíngulo o cinturón.  El pueblo, principalmente el suevo, produjo notables canciones, denominadas foscenias, entre las cuales se distinguían las que compuso el presbítero Justo, que, a más de poeta, fue cantor y tañedor de cítara.

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