25 oct 2012

CRONOLOGÍA EVOLUTIVA DEL ARTE PALEOLÍTICO (III)

Leroi-Gourhan hizo la siguiente clasificación:

PERÍODO PREFIGURATIVO.  Aunque es posible que hubiera existido actividad artística en el Musteriense (hace 50.000 años), nada ha llegado hasta nosotros, quizás por haberse realizado sobre materiales perecederos.  En el Chatelperroniense (hace 35.000 años) se encuentran objetos de adorno, placas y huesos con líneas grabadas y abundante utilización del ocre, pero no existen, por ahora, representaciones identificables.

ESTILO I.  Comprende las obras pertenecientes al Auriñaciense (30.000 a 27.000), con imágenes sexuales realistas y animales de un estilo tosco. La documentación es escasa (La Ferrasie, Abri Cellier, Abri Castanet...) y no es posible sintetizar por ahora unas constantes estilísticas. Latécnica de incisión profunda contribuye al aspecto rudo de los grabados. Pero el realismo de las figuras sexuales no debe disimular su carácter simbólico muy elaborado.

ESTILO II.  Más abundantes que en el período anterior, las obras de arte todavía no son suficientes para establecer una precisa evolución cronológica.  Este estilo se desarrolla durante el Gravetiense y los comienzos del Solutrense (25.000 a 18.000).  Constituye un momento de máxima expansión del arte paleolítico: desde el Parpalló en España hasta el río Don en Rusia.  Al mismo tiempo es la época más rica en estatuillas humanas y animales y en arte mueble, y la de las primeras obras parietales de atribución segura.  En ambos tipos encontramos una tendencia naturalista y otra de estilización.  En las cuevas, pinturas y grabados se limitan a las zonas de penumbra o primeras regiones oscuras.  Las representaciones femeninas están centradas sobre detalles característicos de sus sexo, caderas, vientre y senos, de forma que las estatuillas (venus) presentan, para estas partes, unos relieves muy abundantes, mientras que la parte alta del cuerpo y las piernas resultan atrofiadas.  A pesar de la larga duración del período (7.000 años) y a su enorme expansión geográfica, sus obras de arte corresponden a una clara unidad estilística.  Las figuras están construidas sobre una línea fuertemente sinuosa que representa el cuello y el dorso de los animales -llamada curva cérvico-dorsal- y a ella se añaden los detalles específicos para caracterizar cada especie animal.  Las astas y cornamentas se representan de perfil absoluto o de frente (perspectiva torcida).  Hacia la parte baja de las imágenes desaparecen, de forma que faltan las patas o se representan con trazos simples.

ESTILO III.   Subsisten los caracteres del Estilo II pero con una técnica mucho más perfeccionada.  Se siguen construyendo figuras a partir de la curva cérvico-dorsal.  Los caballos presentan cuerpos alargados.  Bisontes, toros y cápridos muestran cómo se acentúa el volumen de la parte delantera.  Las extremidades comienzan a estar detalladas hasta los cascos y las pezuñas, pero generalmente son cortas y hacen que los animales parezcan de poca altura. A causa de esto los cuerpos presentan un gran volumen visual, lo que ha llevado a mencionar en no pocas ocasiones "animales grávidos", cosa harto difícil cuando la inmensa mayoría son machos.  Astas, pezuñas y cornamentas se presentan en diferentes perspectivas, desde la frontal hasta el perfil absoluto, pero la más frecuente es la perspectiva oblicua o semi-torcida. En este período se alcanza una extrema calidad técnica y estética. 

ESTILO IV.  A él pertenecen un 78% de las obras estudiadas, ya sean de arte parietal como mueble.  Pero cabe recordar en este punto cuán difícil es establecer la transición entre los estilos III y IV.  Las características de las representaciones animales serían que éstos presentan un contorno más cercano a la realidad fotográfica, pero con convenciones particulares, como las crines de los bisontes; astas, cornamentas y pezuñas están representadas por lo común en una perspectiva normal. Se van fijando las convenciones del modelado mediante líneas, raspados y manchas.  Aquí es donde aparece la "M" ventral de los caballos.  Los signos van presentando unas características más regionales. El paso del Estilo IV antiguo al Estilo IV reciente (11.000/10.000) se establece con dificultad, aunque podría fijarse en la forma natural de la línea dorsal.  Así pues tenemos que el realismo fotográfico sería propio del Estilo IV reciente, si bien con ciertas dudas.

Hacia el 9.000 a.C., al final del Paleolítico Superior, el arte típico del Paleolítico desaparece de la Europa occidental con la migración de los artistas-cazadores que le dieron esplendor.  A partir de este momento tendríamos que fijarnos en características propiamente geográficas, regionalismos y peculiaridades que ya podríamos atribuir a culturas diferenciadas.


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