2 jun 2014

LA INDEPENDENCIA DE LOS VISIGODOS II

La separación de romanos y germanos era abiertamente fomentada por casi todos esos pueblos, por razones de subsistencia. En medio de una pobación mucho más civilizada (dentro de lo que entendemos por "civilización romana", tema que trataremos pronto) y numéricamente muy superior, las minorías germánicas corrían el peligro de ser rápidamente asimiladas, produciéndose el fenómeno tantas veces repetido en la Historia de que los vencedores por las armas acaben siendo conquistados por la cultura superior de los vencidos. Para evitarlo se hizo preciso afirmar la propia identidad cultural, manteniendo sus rasgos característicos y obstaculizando los contactos con la población indígena. Muestras de esto último son la prohibición a los hijos de la aristocracia germánica de acudir a las escuelas romanas y la constitución de Valentiniano II y Valente, dad hacia el 370, que prohibía los matrimonios entre germanos y romanos, constitución que fue renovada años más tarde por los propios visigodos.
También la religión separaba a romanos y visigodos. Éstos habían abrazado la "herejía" arriana, bajo la precidación del obispo Ulfilas, cuando aún estaban asentados al costado del Imperio, en la región de la Dacia. La población romana, en cambio, era católica. Esta diferencia de credo proporcionó a Eurico las mayores dificultades de su reinado, y por su actitud hostil a los católicos, se ha llegado a afirmar que incluso los persiguió, si bien esto no es cierto. Se ha podido constatar que lor problemas entre Eurico y los católicos corresponden a la época de sus conquistas. Es durante ellas cuando destierra a algunos obispos, impide la provisión de diócesis vacantes y emplea la mano dura con el clero en general. Ahora bien, sabido es que el clero constituía el principal apoyo de la población romana contra los bárbaros y que eran los más fieles colaboradores con el Imperio ante los intentos de expansión visigoda. el problema, por tanto, no es de caracter religioso, sino político. Y la mejor prueba es que al terminar las campaas de las Galias, cesó la actitud hostil de Eurico hacia los católicos.
Cuando desaparece el Imperio, ambas poblaciones quedaron bajo una misma administración y un derecho común. La máquina administratriva por la que se regía la población romana no desaparece, sino que subsiste en mayor o menor grado en las diferentes provincias. Los mismos reyes germánicos se cuidaron por algún tiempo demenatneer en sus territorios los principales cargos por los que se regía la vida civil de los romanos, y de que el derecho romano provincial siguiera aplicándose entre ellos. En cuanto a la población visigoda, se regía por leyes consuetudinarias, mantenidas por tradición oral y no recogidas aún en código alguno escrito. Esas costumbres fueron recibiendo la influencia del derecho romano durante el largo período en el que habían estado en contacto con el Imperio, pues debido a su mayor riqueza, podía hacerle préstamos para regular las nuevas situaciones que ahora se planteaban y que no estaban previstas en el derecho germánico. La pobreza de éste puede apreciarse en la ley sálica de los francos, en la que, de setenta y cinco artículos, cuarenta y cinco son tarifas pecuniarias correspondientes a otros tantos tipos de delitos. Eurico consideró necesario recopilar el derecho consuetudinario de su pueblo, junto con las aportaciones del derecho romano que se habían ido incorporando. Hacia el año 480 se publicó un código que llevaba su nombre, el primero en recoger las leyes de un pueblo germánico, hoy sólo parcialmente conservado gracias a un palimpsesto que existía en la abadía francesa de Saint Germain-des-Prés. Esta labor legisladora, en la que se manifiesta la conciencia que Eurico tenía de sí mismo como rey soberano, se completa con otra recopilación hecha por su sucesor, Alarico II en el 506, la Lex Romana Visigotorum, llamada también "Breviario de Aniano". En ela se recoge el derecho de la población romana y su utilidad fue grande, pues no sólo sirvió para los romanos sometidos a los visigodos, sino que también fue empleado en Britannia, centroeuropa y, quizá, la península itálica.
Todos estos textos políticos y militares engrandecían la figura del rey visigodo a los ojos del mundo romano de occidente. No es de extrañar que las barreras que separaban ambos pueblos tendieran a desaparecer. Eurico dio entrada en su ejército a los romanos así como a siervos, acabando con cualquier exclusivismo que impidiera el acceso a él a quien no perteneciese al pueblo godo. en su corte, la aristocracia goda y romana entraron en contacto. Se imitó el refinamiento romano y los grados de civilización acabaron por nivelarse paulatinamente. Al mismo tiempo, el latín acabó por convertirse en el lenguaje de la corte (en él escribió Eurico las leyes de los visigodos). Y la hegemonía visigoda acabó así de consolidarse.
No obstante, esta impresión no sobreviviría a su sucesor, Alarico II...

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