
"Entre las demás obras agradables a la divina Majestad y deseables a nuestro corazón, ésta es ciertamente la principal: que la fe católica y la religión cristiana sea exaltada, especialmente en nuestros tiempos, y por dondequiera se amplíe y dilate, y se procure la salvación de las almas y las naciones bárbaras sean subyugadas y reducidas a la fe cristiana".
"Sabemos que ya hace tiempo teníais el propósito de explorar y descubrir algunas islas y tierras firmes, remotas e incógnitas y por ningún otro descubiertas, con objeto de inducir a sus habitantes a que adoren a nuestro Redentor y profesen la fe católica".
"Por fin, recuperado el dicho reino (de Granada) por voluntad divina, y queriendo satisfacer vuestro deseo, designásteis al caro hijo Cristóbal Colón, varón digno y muy recomendable, para que con varios navíos y hombres intruidos en semejantes cosas, no sin grandes trabajos y peligros y dispendios, buscase las tierras remotas e incógnitas por el mar, donde hasta ahora no se había navegado. Los cuales, con el divino auxilio y con extrema diligencia navegando por el mar océano, hallaron ciertas islas remotísimas y tierras firmes, por nadie hasta ahora descubiertas, en las cuales viven gentes pacíficas, que, según se dice, andan desnudos y no comen carne; y según opinan vuestros enviados, los habitantes de aquellas islas y tierras creen en un solo Dios creador, que está en los cielos, y parecen aptos para abrazar la fe católica y ser imbuídos en buenas costumbres, y se tiene la esperanza de que, si se instruyeran, fácilmente confesarían en dichas islas y tierras el nombre de nuestro Señor y Salvador Jesucristo".
"Y para que, largamente galardonados por la gracia apostólica, toméis más libre y valerosamente el cargo de tan grave negocio... todas las islas y tierras firmes descubiertas y por descubrir, hacia occidente y mediodía, con todos sus dominios, ciudades, castillos, lugares y villas, derechos y jurisdicciones, así como pertenencias, os las donamos y signamos a vosotros y a vuestros herederos y sucesores IN PERPETUUM por el tenor de las presentes, en virtud de la autoridad de Dios omnipotente, concedida a nosotros en San Pedro y del vicariato de Jesucristo que desempeñamos en la tierra; trazando y dibujando para ello una línea desde el polo ártico o septentrional hasta el polo antártico o meridional..., línea que diste cien leguas al oeste o sur de las islas llamadas de las Azores y Cabo Verde, de suerte que todas las islas y tierras firmes halladas o por hallar, desde esa línea hacia el oeste y sur, pertenezcan a los reyes de Castilla y León, con tal que no se hallen actualmente sujetas a ningún otro rey o príncipe cristiano..."
"Y en virtud de santa obediencia osmandamos que, así como lo prometéis y no dudamos lo cumpliréis por vuestra máxima devoción y regia magnanimidad, destinéis a las tierras e islas mencionadas varones probos y temerosos de Dios, doctos, instruidos y experimentados, para adoctrinar a los indígenas y moradores dichos en la fe católica o imbuirlos en las buenas costumbres"
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