El viaje de Himilcón fue para conocer directamente los ricos yacimientos de estaño del Atlántico Norte y de paso la costa atlántica y el Noroeste hispano, rico en estaño y oro. Llegó hasta las minas de Cornualles, que estaban en explotación, cuyos minerales llegaban a Marsella a través del camino continental que atravesaba la Galia y el Atlántico Norte, pero no hay confirmación arqueológica de este viaje. Sólo se conservan alusiones a él en la Ora Marítima de Avieno.
Los viajes de Hannón e Himilcón se debieron realizar con barcos gaditanos y tripulaciones turdetanas, que para la fecha dada a estos viajes, hacia el 460 a.C., debían recorrer sin dificultades mayores buena parte del Atlántico. Estos dos viajes no los menciona Heródoto, que fue contemporáneo de ellos, pero sí Plinio el Viejo, que concede poco crédito a Hannón, si bien afirma que éste partió de Cádiz para su expedición.
Diodoro recoge la noticia de un barco gaditano que, perdido en el Atlántico, descubrió una isla de exccelente clima, quizás Madiera o alguna de las Canarias; añade este historiador siciliota que por entonces los etruscos, poderosos en el mar, quisieron establecer una colonia en la isla, pero fueron expulsados por los cartagineses. Cartago no toleraba que ni siquiera los pueblos con los que había estado aliado le hicieran la competencia en la explotación de las riquezas naturales del Occidente. Todos estos viajes y noticias lo único que prueban es el gran interés de Cartago en la exploración y explotación del Atlántico.
Recientemente algunos investigadores ponen en relación los periplos de Hannón e Himilcón con un intento por parte de Cartago de restablecer el círculo comercial del Estrecho, colapsado tras la desaparición de Tartessos. Pero el sistema establecido no es idéntico al que desarrollaba anteriormente Cádiz, pues los cartagineses tratan de eliminar al intermediario indígena llegando a los centros productores de estaño. En el caso de Hannón probablemente se pretendía establecer una red de fundaciones agrícolas, pues la actividad comercial en la costa atlántica africana es dudosa, al menos por lo que respecta al oro.
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