15 ene 2013

SENNIORES, BUCELLARIOS Y SIERVOS

Los visigodos no modificaron esencialmente la división provincial que establecieran en Hispanialos romanos, si bien quedaron fuera de sus dominios dos de aquellas provincias, la Baleárica y la Mauritania Tingitana.  En cambio, se añadió una nueva, la Septimania, constituida por los dominios franceses de la monarquía visigoda.
Entre los elementos sociales elaborados en el seno de la civilización visigoda se cuentan: la nacionalidad, que ahora comienza a bosquejarse; la monarquía y el catolicismo, los dos fundamentos sobre los que había de levantarse la organización política y religiosa del país.
Durante la época visigoda la población española fue muy heterogénea, pues con los visigodos dominadores convivieron los hispanorromanos, mucho más numerosos y cultos, y con los cuales acabaron por fundirse una vez desaparecidas las diferencias religiosas tras la conversión de Recaredo.  Por entonces fueron también muy numerosos los judíos, como asimismo algunos núcleos de población oriental de origen griego y sirio.
En cuanto a las clases sociales, persistía la división fundamental de hombres libres y no libres o siervos.  Entre los hombres libres existían también grandes diferencias, siendo las clases sociales más elevadas las de los jefes o nobles germanos dueños de las tierras, llamados senniores, y la de los patricios hispanorromanos, poseedores todavía de grandes riquezas.
una clase social típica de estos tiempo fue la de los bucellarios o patrocinados, hombres libres que se ponían voluntariamente al servicio de un señor, y lo seguían en la guerra a cambio de su protección en tiempos de paz.
La propiedad era de tres clases: alodial o señorial, beneficiaria o cedida y tributaria o arrendada.  Las relaciones jurídicas entre el señor y el cultivador de la tierra constituyeron el feudalismo, que en España no echó tan hondas raíces como en otras partes, quizás por el problema de la ocupación islámica y el hecho de la Reconquista.  Los siervos se ocupaban de las faenas domésticas o del cultivo de la tierra.  Estaban entonces adscritos a éstas de tal modo que pasaban junto con ellas a poder de cada nuevo propietario.  Estos siervos mejoraron algo su triste condición con respecto a la de los antiguos esclavos gracias al influjo dulcificador del cristianismo.  Había siervos de varias clases.  Según su aptitud para la ocupación a que se destinaban y conforme a la naturaleza de ésta, se dividían los siervos en idóneos y viles.  Por su origen se denominaban natos y factos, según que hubiesen nacido ya en servidumbre o caído en ella después.  por razón del señor al que pertenecían, se les llamaba de corte, de iglesia o particulares.  Y con relación al lugar en que trabajaban eran siervos domésticos o de la gleba o del terruño.

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