La parte del mundo hallada por Magallanes fue luego reconocida en todas partes por otros navegantes, entre los que figuran el inglés Cook y el francés Laperousse, comenzando entonces a ser designada con los nombres de Oceanía, Mundo Marítimo y Mundo Novísimo.
Poblada por dos razas principales, la negra y la malaya, consideróse dividida en tres secciones, denominadas Malasia, Melanesia y Polinesia, haciéndose de ésta una subdivisión con el nombre de Micronesia.
Toda ella y gran parte de las otras deben su descubrimiento y colonización a los españoles. Las islas Carolinas y Palaos, divisadas por Magallanes, fueron reconocidas y puestas bajo el dominio hispánico por Toribo Alonso de Salazar; las de Tahití fueron descubiertas por Quirós, y las Marquesas y otras por Mendaña, cuya viuda fue doña Isabel Barreto quien, en 1594, prosiguió los viajes que proyectaba su esposo con el título de Adelantada del Mar Océano.
A poco de subir al trono Felipe I, siguiendo las indicaciones del antiguo piloto de la expedición de Loaysa, el monje agustino y sabio cosmógrafo, Andrés de Urdaneta, determinó continuar las exploraciones de las islas cercanas a las de las Especias.
Inmediatamente ordenó al virrey de Nueva España (México) Luis de Velasco que organizase la empresa, cuyo mando confió, por indicación del citado Urdaneta, al caballero vasco don Miguel López de Legazpi.
La flota de Legazpi, compuesta de cinco navíos con trescientos cincuenta hombres, salió en 1564 del puerto mexicano de Navidad, rumbo al oeste. Acompañaba en la nave San Pedro a Legazpi el fraile e ilustre cosmógrafo Andrés de Urdaneta, natural de Villafranca de Guipúzcoa, que contaba entonces más de sesenta años y que fue luego el verdadero director de la expedición.
Llegó la lota a las islas de los Ladrones (las Marianas), desembarcando en la isla de Guam y avistando después las Filipinas, término de su viaje.
López de Legazpi siguió con los indígenas durante todo el período de la colonización de las islas, una hábil política de atracción, a la que le llevaba su buen carácter. Recorrió con su flota diversas islas, estableciéndose en la de Cebú, en la que fundó el fuerte y la villa de San Miguel. Desde Cebú envió una expedición al mando de su nieto, Juan de Salcedo, para explorar la gran isla de Luzón. Una vez llegó Salcedo a la había de Manila, donde desembarcó, entabló relaciones con varios caciques, uno de los cuales, llamado Matandá, fue desde entonces fiel aliado de los españoles.
Poco después se trasladó Legazpi con su flota y la mayor parte de su gente a la isla de Luzón. Y en 1570 fundaba sobre el poblado indígena de Manila la ciudad de estenombre y concentró sus buques en el abrigado puerto de Cavite, el mismo donde muchos años después los Estados Unidos destruirían la escuadra española.
Dos años después moría Legazpi en Manila de muerte natural, y el rey Felipe II, considerando firmemente asentadas las bases de la dominación española sobre Filipinas, creaba en Manila una audiencia o junta consultiva del virrey.
Los colonos de Filipinas comenzaron muy pronto a sufrir los ataques de los piratas chinos y japoneses, hasta el punto que Manila fue asaltada tres años después de su fundación e incendiada por un pirata chino llamado Li-Ma-Hou.
Con la anexión de Portugal a España, las colonias reunidas de ambos países en Oriente formaron un gran imperio, si bien conservaron su autonomía e independencia unas de otras, dividiéndose todas en tres virreinatos..
Después de la expedición de Legazpi y Urdaneta, los viajes y descubrimientos a través del océano Pacífico continuaron durante todo el reinado de Felipe II.
El ya citado Álvaro de Mendaña, en 1577 descubrió las islas Salomón y otras en Polinesia, y en una segunda expedición, de la que formaba parte Pedro Fernández de Quirós, descubrió y exploró las Marquesas, Santa Cruz y otras, pereciendo durante el viaje. Fue entonces cuando se tomó el mando de la flota su viuda, la animosa doña Isabel de Barreto, a la que antes ya aludimos.
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