24 feb 2013

EL REY DE LEÓN

Don García (909-914) tomó el título de Rey de León por haber trasladado su corte a esta ciudad.  Sin embargo, algunos historiadores consideran a su hermano Ordoño II, y no a Don García, somo primer rey de León.  Lo cierto es que el título de "Reino de León" suena por primera vez en la escritura hecha por el conde Fernán González a 12 de enero del año 912 en favor del monasterio de San Pedro de Arlanza y ya refiere el monje de Silos que en dicha ciudad se tuvieron las Cortes para elegir sucesor a García, y que allí mismo le proclamaron, ungieron y coronaron.
Muy breve fue el reinado de García I, pues murió a los tres años de llevar la corona que le había quitado a su padre.  Su hermano, Ordoño II (914-924) le sucedió en el trono.  Comenzó su reinado con la victoria de San Esteban de Gormaz, obtenida contra las huestes de Abderramán III.  Pero el efecto de este glorioso triunfo se vio neutralizado por la derrota de Valejunquera, que Ordoño II atribuyó a la defección de los condes de Castilla -Nuño Fernández, Abolmondar el Blanco y Fernando Ansúrez- condenándolos a prisión perpetua.
Aunque Ordoño II dejó varios hijos, fue nombrado para sucederle su hermano Fruela II (924-925), que sin destacarse por ningún suceso provechoso para la Reconquista, murió, víctima de la lepra, al año de reinar.  Cabe destacar que esta enfermedad, fruto de la escasa higiene, estuvo muy extendida durante la Edad Media.  El primer hospital de leprosos se fundó en 1067, y la primera casa para enfermos de lepra fue fundada por Pablo el Diácono, por lo que se dio a tales establecimientos el nombre de "Diaconías".
Al morir Fruela II ocupó el trono el mayor de los hijos de Ordoño II, que reinó con el nombre de Alfonso IV el Monje (925-930), porque más inclinado a la carrera eclesiástica que a las armas y al gobierno, se retiró al monasterio de Sahagún, después de abdicar la corona en su hermano Ramiro II.
Pero, al parecer, cansado de la vida monástica, quiso volver a reinar y reclamó el cetro con las armas, siendo vencido por su hermano, que le hizo sacar los ojos y encerrar en una prisión.  Según el testimonio de los autores árabes, fueron dos las veces que Alfonso IV salió del convento, haciéndose fuerte la primera en Simancas, y la segunda en León.
Ramiro II (930-950) hizo una atrevida incursión por tierra de moros, conquistando la plaza de Majerit, hoy llamada Madrid, donde derrotó a las huestes de Abderramán II en los combates de  Alhandega, Simancas y Talavera (939).
Se cree que Madrid es la antigua Mantua Carpetanorum, cuya fundación se atribuye a los griegos.  Y se dice que, por haberla ensanchado los romanos, le dieron el nombre de Majoritum, que los árabes convirtieron en Majerit y nosotros en Madrid.  Cuando Ramiro II la arrancó por primera vez al dominio musulmán, la antigua Majerit estaba reducida a una fortaleza de escaso vecindario, pero que tenía una gran importancia militar, como escudo de Toledo; tal vez por ello Moratín diga en su famoso romance:

"Madrid, castillo famoso
que al rey moro alivia el miedo..."

Dícese que las antiguas murallas de Madrid se construyeron con piedras de chispa o pedernal, lo cual no parece inverosímil, teniendo en cuenta que en la pradera de San Isidro, tendida por la margen derecha del Manzanares, han hallado los arqueólogos una estación de hachas y otros objetos de pedernal correspondientes a la época prehistórica, lo cual atestigua la abundancia de dicha piedra en las inmediaciones.  En cualquier caso tales serían los orígenes de la capital de España.

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