El régimen de consejos cobra bajo los Reyes Católicos un fuerte impulso. El viejo Consejo Real fue reorganizado en las Cortes de Toledo de 1480. Estuvo presidido por un eclesiástico e integrado por tres caballeros un grupo de letrados (en torno a ocho, por lo general) formados en las directrices del derecho romano, que constituyeron, por tanto, un factor de primer orden en la concepción cesarista de la realeza. Con posterioridad, y a medida que las necesidades administrativas fueron creciendo, surgieron nuevos consejos: Inquisición, Hacienda..., que habrían de constituir el armazón institucional de la monarquía de los Austrias.
Los Reyes Católicos procedieron también a una reorganización de la Audiencia y la Chancillería. Una ordenanza de 1489 reguló las funciones de la de Valladolid. Establecía en ella un presidente y dieciséis oidores, además de los alcaldes de corte, alguaciles y otros cargos. Se dispusieron cuatro salas para asuntos civiles, otra para asuntos criminales y una sexta de hijosdalgo para pleitos vizcaínos. Siguiendo el modelo de la de Valladolid, se creó otra Chancillería en Ciudad Real, que entendía de asuntos al sur del Tajo y que pronto fue trasladada a Granada. En Galicia, dadas las peculiaridades de la región, funcionó una Audiencia especial, dependiente de la Chancillería de Valladolid en muchos aspectos.
Paralelamente a esta labor de reorganización institucional, se procedió a una serie de recopilaciones de leyes: Ordenanzas de Montalvo de 1483 y Leyes de Toro de 1505, compiladas por un grupo de juristas dirigidos por Palacios Rubios.
Los Reyes Católicos procedieron también a una reorganización de la Audiencia y la Chancillería. Una ordenanza de 1489 reguló las funciones de la de Valladolid. Establecía en ella un presidente y dieciséis oidores, además de los alcaldes de corte, alguaciles y otros cargos. Se dispusieron cuatro salas para asuntos civiles, otra para asuntos criminales y una sexta de hijosdalgo para pleitos vizcaínos. Siguiendo el modelo de la de Valladolid, se creó otra Chancillería en Ciudad Real, que entendía de asuntos al sur del Tajo y que pronto fue trasladada a Granada. En Galicia, dadas las peculiaridades de la región, funcionó una Audiencia especial, dependiente de la Chancillería de Valladolid en muchos aspectos.
Paralelamente a esta labor de reorganización institucional, se procedió a una serie de recopilaciones de leyes: Ordenanzas de Montalvo de 1483 y Leyes de Toro de 1505, compiladas por un grupo de juristas dirigidos por Palacios Rubios.
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